Hoy he llegado, no tengo rostro.

  • Foto por Ana Luengo Michel (ESP)
Hoy he llegado, no tengo rostro, de pie, dando la espalda a mi aventura, no sé qué ha pasado con mis compañeros, el mar me deja en la arena. No sé más.
 
Atrás mi país, mi familia, mi vida. Mi vida difícil, incierta, sin futuro.
 
Siento el dolor de los míos, la soledad de la pérdida, tengo en los ojos cansados, recuerdo el momento en que dije me voy, tengo los pies torpes y el corazón herido.
 
Y ahora ¿A dónde ir? Espero que me vean, me recojan, me den alojamiento, curen mis heridas. Reconozcan quien soy.
 
Quizás tú que tienes la vida llena, que distingues el ayer, del hoy y del mañana, quizás tú puedes mirarme a los ojos, abrirme la puerta, darme la mano, ayudarme a caminar. Quizás, si ponemos algo de nuestra parte, hasta podemos ser amigos.
 
Tere Iribarren rscj 
(Traducido y republicado con el permiso de http://rscj.es)
 
 
 
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