Las hermanas octogenarias y la acogida de emigrantes

  • Foto de Ana Luengo Michel

La preocupación por los emigrantes está universalmente presente en todas nosotras, en el ámbito internacional civil y eclesial, en publicaciones, proyectos apostólicos, discernimientos variados…

Se nos ha brindado en Chamartín lo que nunca hubiéramos imaginado: todas tan mayores, con mínimas posibilidades de movimiento… ¿qué podemos hacer? Sí, rezamos para que los diferentes estamentos implicados encuentren y logren realizar algo positivo y eficaz, y estamos convencidas de que esta oración es una contribución muy real a los esfuerzos de cuantos trabajan con emigrantes.

El hecho sorpresa es que una mañana se presentó Carmen Zerolo, colaboradora en Pueblos Unidos, a pedir a estas personas mayores y limitadas ayuda para enseñar español a un africano llegado recientemente. Sin poder entenderse con la gente es prácticamente imposible encontrar un trabajo…

Pudimos responder cuatro a esta invitación: Maruja Parrella, Pura Vilariño, Mª Carmen Núñez-Lagos y yo, todas ya entradas en la decena que empieza por 8. Hace tres meses que Gislain, camerunés, aparece todas las mañanas a las 11h, con sus deberes hechos, porque es aplicado y trabajador. Nos hemos repartido los días. Las cuatro gozamos de veras en estas clases al ver sus progresos, y además podemos de vez en cuando dejarlo hablar, a su manera, de lo que lleva en el corazón y nos damos cuenta de lo mucho que siente la soledad, añora a su familia, sufre al no ver un porvenir claro… Hay cosas de las que no quiere hablar: cómo llegó a Melilla… es difícil, dice.

Cuento esto para que pidamos por él. Está siguiendo una catequesis en S. Juan de Dios y va a recibir el Bautismo dentro de poco.

Rosario Méndez rscj
Comunidad de Chamartín, Madrid
*** Publicado originalmente en el sitio web de la Provincia de España: http://www.rscj.es
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