Lourdes Ramos

  • Lourdes (en rojo, con gafas) con niños del Club de Amigos del Buen Pastor
  • Lourdes (en amarillo) con RSCJ en comunidad
  • Lourdes (segunda de izquierda, de pie) con participantes de la Reunión de Formación ARU en 2014
  • La Provincia de Argentina-Uruguay
La cuarta de cinco hermanos, nací en Salto, en el norte de Uruguay.  Perdimos a papá hace cinco años, pero el vinculo y el sentido de ser familia que nos une es muy fuerte que nos lleva siempre a estar unidos y convocarnos.
 
Entré a la congregación en el año 1992, cuando tenía 19 años. Mi vocación, mi llamado, nació en una misión convocada por la Pastoral Vocacional de la Diócesis de Salto. Fue clave en mi vida, una experiencia fundante; en donde el Señor me encontró, me llamó a seguirle sin saber mucho qué era todo aquello, lo que sentía, lo que me movía a un más. Lo descubrí en una visita a una mujer, a la que le puse “la viuda pobre”, como la del evangelio. Esa mujer fue Palabra de Dios para mi vida. En esa visita, esa mujer me “dio todo lo que tenía para vivir”, en ella Jesús me invitó hacer lo mismo, a dar todo lo que tenía para vivir, mi propia vida, mis vínculos, mi estudio, mi familia y amigos, me invitaba a poner “mis dos moneditas.” Aquella mujer sencilla, pobre, fue mediación en mi vida, fue presencia de Jesús, fue llamado a poner y ponerme toda. 
 
Cuando entré a la congregación hice una experiencia comunitaria en Montevideo, en el barrio Paso Carrasco. Al terminar esta experiencia, tuve que dar un paso más: dejar mi tierra, familia, amigos, para irme a vivir en Argentina. Me costó bastante, nunca había salido del Uruguay. Allí comencé mi tiempo de conocer y conocerme, de conocer más a la congregación, el carisma, la vida de comunidad y de misión. Era un tiempo de seguir haciendo proceso, de dejarme encontrar por Jesús, de seguir afianzando mi llamado y seguimiento.  Todo éste proceso que llamé “Nazaret,” me llevó hasta que hice mis primeros votos el 24 de febrero del 1996: “Desde Nazaret junto a tu pueblo te entrego mi vida por amor a tu Reino”. 
 
Después del noviciado, volví a Uruguay. Junto a dos hermanas abrimos una casa en la periferia de la ciudad de Pando, un lugar alejado, sencillo y pobre, y allí viví cuatro años mi “Galilea.”  Fue momento de mucho aprendizaje, de acompañar, estar, ser parte del cotidiano del barrio; de trabajar con otros, hacer redes, vincularnos. En ese tiempo estudié algo de teología y comencé la carrera de Trabajo Social. 
 
En el 2001 volví a Salto, mi tierra natal, después de muchos años. Fue un gran desafío vivir en mi propia tierra. Allí me sumé a la pastoral juvenil y de adolescentes de la Parroquia  —  acompañando, animando, estando y siendo parte de la vida de los jóvenes. Desde ahí llegó el momento de partir a mi experiencia internacional.
 
Viví cuatro meses en Cuba, un gran regalo para mi vida. Siento que parte de mi corazón quedó allí. Luego estuve dos meses en Irlanda profundizando el inglés. Una realidad muy distinta, mi corazón se fue ensanchando a la internacionalidad de la Sociedad. De ahí a Roma, a vivir junto a mis hermanas el tiempo de preparación a la profesión perpetua. Una vivencia inolvidable, de profundización, de afianzar mi sí para siempre, de ser comunidad internacional, de renovar mi amor eterno por Jesús y su pueblo. El 3 de agosto del 2003 hice mi profesión en Salto – Uruguay junto a mis hermanas, familia, amigos, junto al pueblo querido: “El Corazón Abierto y Acogedor de Jesús”. 
 
Nuevamente en movimiento, en el 2005 me fui a vivir al norte de Argentina, esta vez a  Reconquista. Vino el tiempo de crisis, de desierto. Tiempo de permanecer aún sin ver, de confiar. El Señor me buscó, me rescató, me encontró y me regalo nueva vida. Tiempo de tocar hondo y volver a la opción primera.  Al mismo tiempo, viví una experiencia muy honda junto a los más pobres que marco mi vida, mis opciones, mis sueños. Se fue afianzando mi llamado a compartir la vida con ellos, ser parte, y de trabajar junto con ellos por una sociedad más justa, equitativa, digna. 
 
De ahí volví nuevamente a Salto, para seguir sumando y acompañando la vida de los adolescentes y jóvenes. Fui parte del equipo de Animación Provincial y terminé de hacer mi tesis de Trabajo Social. En noviembre del 2013, después de tantos años terminé los estudios y cerré algo muy importante en mi vida. Para mí ha sido un gran logro, que me implicó permanecer durante muchos años en mi deseo hondo de ser trabajadora social. 
 
En este momento estoy viviendo en Montevideo, en una nueva inserción. Es un nuevo momento en mi vida. Vivo con mucho sentido mi ser vecina, hermana junto a mis hermanas. Siento que va siendo una nueva oportunidad en mi camino de seguimiento  —  un tiempo de recoger lo vivido y afianzar mi opción. Los más pobres y sencillos me siguen enseñando la manera de Jesús, de estar, acoger, desde la vida cotidiana el valor de lo simple, de lo sagrado, de lo humano.  Me sigue convocando el Proyecto de Jesús, su Reino, los más pobres, la vida sencilla, el ser hermana, y la educación popular. Que los pobres y jóvenes sigan siendo mi pasión, que ellos me sigan desinstalando e invitando a un más en mi seguimiento de Jesús.