Vivir en comunidad

  • Elizabeth Walsh, Mary Ann (Sis) Flynn , Virginia (Gina) Rodee, Eileen Bearss, Juliet Mousseau, Cho Keum Sook (KOC)

Acabo de leer el libro La esencia de la oración de Ruth Burrows y he estado pensando en esta cita (p. 169):

“Exponernos con generosidad a las exigencias de la vida comunitaria; rechazar de huir de cualquier manera para exponernos a Dios, permitiéndole a Él que nos purifique a través de los demás, que haga añicos nuestras ilusiones con ese conocimiento de nosotras mismas que nos hace humildes, que nos despoje de todo lo egoísta y nos permita amar a los demás con amor puro, maduro y desinteresado. Sin duda, esto es cierto para los que siguen de cerca a Nuestro Señor, sea cual sea su forma de vida”

¡Cuán cierto es esto!

Últimamente he estado enfrentándome a la vida comunitaria, en parte porque estoy pasando mucho más tiempo en casa, recuperándome de la enfermedad. Por eso pienso que por algún tiempo necesitaré convertir esta cita en mi mantra.

Burrows escribe en el contexto de un monasterio carmelitano, donde la mayoría entra en búsqueda de la soledad, pero donde hay también tiempos comunitarios estructurados y obligados. Momentos con los demás que no se pueden evitar. 

Una de las cosas que estoy aprendiendo es que “el conocimiento de nosotras mismas nos hace humildes”. Para mí, se trata generalmente de mis reacciones hacia las demás. Sé que cuando estoy particularmente cansada, triste, distraída o en muchas otras ocasiones, me resulta difícil tener gente a mi alrededor. Algunas veces para salir de esta situación necesito una fuerza de voluntad muy fuerte… Sólo tengo que decidir que no voy a actuar de ese modo. Necesito ser consciente de mis sentimientos y de cómo los demás perciben mis reacciones. Este conocimiento de nosotras mismas no es fácil, en particular cuando el  “yo” que veo es poco agradable (aunque me puedo sentir justificada en mi negatividad, ¡y algunas veces lo hago!)

Otra parte de la cita que me sorprende es la habilidad de “amar a los demás con un amor puro, maduro y desinteresado”. Para mi significa hacer algo por otra persona sólo porque es lo correcto. Me recuerda a mi mejor amiga y su hijo recién nacido.  Ahora está siempre a su lado porque el bebé necesita su atención desinteresada. Esto es amor puro. 

Indudablemente la comunidad es una experiencia de crecimiento en Dios. Añadiría a la cita que en parte la experiencia de humildad consiste en permitirnos ser amadas y cuidadas por los demás. Abrirse al amor de otra persona algunas veces es más difícil que amar. Al hacer esto, reconocemos que podemos ser amadas. Si prestamos atención, vemos también que nos aman a pesar de nuestros defectos. 

Si mi comunidad me ama con todos mis defectos y momentos desagradables, ¡cuanto más puede amarme Dios con todas mis fallas!

 
Juliet Mousseau rscj
 
Nuestra Espiritualidad: