"Yo soy la Vid… ustedes las ramas."

 
Extractos de la reflexión compartida por
Catherine Lloyd rscj y Kim Sook Hee rscj
durante la ceremonia de Profesión Final
 
 
Queremos felicitarlas, a cada una,  por responder “sí” a la invitación de Dios a compartir su amor y su sueño por el mundo y la humanidad.
 
Junto con sus familias, amigos y colegas, y con toda la Sociedad, nos alegramos con ustedes de la celebración de su fidelidad amorosa a Dios y de la fe que las ha traído hoy hasta aquí. 
 
 
 
[Ustedes] están siguiendo las huellas de generaciones de mujeres que antes de ellas se comprometieron a compartir el sueño y la misión de nuestra fundadora, Magdalena Sofía Barat, que arraigó toda su vida en la pasión por Dios  y en una visión por la transformación  de la sociedad de su época. Creció en medio de los viñedos de Joigny en France, hija de un vinicultor. Sabía de viñas y de cómo cuidarlas….  La vid y sus ramas le hablaron de la intimidad de la relación entre nosotros y Cristo.
 

Yo soy la Vid…  ustedes las ramas​....

Foto de los archivos de la Probación:  Visita a Joigny
 
[El evangelio de] Juan nos recuerda la continua relación de amor, en la que estamos arraigados a Dios y Dios está arraigado en nosotras. Dios está en nuestros corazones y todos estamos en el Corazón de Dios. A lo largo de sus vidas, pero especialmente durante la Probación, cada una de ustedes ha sido tocada en lo más íntimo de su ser por el amor tierno y misericordioso de Dios. En las palabras de la divisa dada a su grupo, “De su plenitud todas hemos recibido, gracia sobre gracia.” (Jn1:16)  Han encontrado el profundo misterio del amor transformador de Dios por ustedes y ahora sus vidas ya no son las mismas.  
 
Frente a tantas gracias de Dios, ¿cómo podemos responder sino  ofreciendo estos mismos dones a otros? O como dice el evangelio “den frutos.” Como Religiosas del Sagrado Corazón, nos comprometemos a dar frutos “entregando nuestras vidas” al servicio de nuestras hermanas y hermanos compartiendo la visión por el reino de Dios.… Una visión en la que los que tienen el corazón partido son sanados, los cautivos liberados, los que están de luto consolados y los oprimidos se alegran de la buena noticia de que son amados.  
 
 
 
Envío de las Nuevas Profesas
Foto por Ana María Uribe rscj
 
[Ustedes son]“enviadas” a sus provincias a vivir esta misión en nuestro bello, aunque a menudo frágil y afligido mundo. Al andar, recuerden también que el mensaje de este evangelio es que no están solas y que no pueden dar frutos sin estar arraigadas en Jesús. La rama necesita de la vid y la vid de la rama, para que la vida de la vid pueda fluir y dar frutos en abundancia.  Si la rama se separa de la vid, se marchita y muere. Oramos para que en sus vidas como religiosas profesas reconozcan siempre que necesitan a Dios y deseen mantener viva y fructífera su relación con Él. 
 
Cada uno de nosotros aquí es una rama de la Verdadera vid que es Jesús. Dios nos hace una invitación constante a seguir avanzando en fe con Él, confiando en sus gracias, liberando nuestros propios corazones para que podamos liberar los de los demás.
 
Agradecemos a Dios por el don de Su amor transformador.  

Recemos los unos por los otros para que tengamos la fe de creer que nada se podrá interponer entre nosotros y ese amor fiel y eterno.
 
Oremos por nuestras hermanas que hoy día están ofreciendo sus vidas, para que sigan confiando en la fidelidad de Dios y en el amor de sus hermanas, sabiéndose llamadas por su nombre y apoyadas por el poder y la fuerza de Aquel que las ha llamado.

 
 
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