¡Despierten al mundo!

  • Foto tomada por Silvana Dallanegra rscj a la apertura del Año de la Vida Consagrada en Llannerchwen (un centro de retiro de las RSCJ)
 

¿Qué espero en particular de este Año de gracia de la Vida Consagrada? 

  1. Que sea siempre verdad lo que dije una vez: «Donde hay religiosos hay alegría». Estamos llamados a experimentar y demostrar que Dios es capaz de colmar nuestros corazones y hacernos felices, sin necesidad de buscar nuestra felicidad en otro lado; que la auténtica fraternidad vivida en nuestras comunidades alimenta nuestra alegría; que nuestra entrega total al servicio... nos da plenitud a nuestra vida... 

  2. Espero que «despertéis al mundo», porque la nota que caracteriza la vida consagrada es la profecía...

~ Papa Francisco, Carta a los Consagrados para el Año de la Vida Consagrada

 
Y así hemos comenzado el Año de la Vida Consagrada: invitación y oportunidad de reflexión y renovación ofrecida a los religiosos, para celebrar y compartir esta maravillosa y transformadora aventura  de amor, a la que hemos sido llamados y que colma de alegría nuestros corazones.

He leído y releído la carta del Papa, así como la primera  proclamación del Año, y en ambos textos he encontrado retos que me han hecho reflexionar de nuevo.  El mensaje subyacente es claramente de gozo y alegría, que nos apremia – me apremia – a difundir alegría: alegría por Dios que nos ama y nos llama, alegría por haber sido llamados.  Y cuando me pregunto a mí misma cómo “despertar al mundo” – mi mundo, el pequeño mundo en el que vivo, que amo y sirvo – me doy cuenta de que casi toda la respuesta está en la medida en que, tanto en momentos de luz como de oscuridad, brilla en mí una vida iluminada por la alegría tranquila, hermosa, vivificante, de tener a Jesús como núcleo profundo de mi existencia.

Estoy persuadida de que el año que viene dará mucha materia para reflexionar y para escribir, y doy la bienvenida a esta oportunidad ofrecida por Dios para proclamar mi gozo desde las azoteas, y contribuir así un poco a despertar mi mundo pequeño.  Y espero también que me haga capaz de vivir más intensamente las palabras de nuestras Constituciones (#169):

Nuestra alegría, nuestra paz, todo nuestro ser,
darán testimonio de Aquel con quien nos hemos encontrado 
y que hace nueva cada día 
la Alianza de Dios con su pueblo.
 
Silvana Dallanegra rscj (ENW)
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