Actualización Covid-19: Italia

A partir del 31 de marzo de 2020

Con alegría acogemos la invitación de Barbara de comunicar a toda la Sociedad internacional, como UN SOLO CUERPO, cómo estamos viviendo este momento de gran emergencia aquí en Italia.

Como todas sabrán por las noticias que se transmiten en todo el mundo por los medios de comunicación, nuestro país es uno de los que tiene la mayor tasa de infección y de muerte.

El país está sufriendo mucho a todos los niveles: las instalaciones sanitarias están trabajando ahora a un ritmo verdaderamente extraordinario. Hasta la fecha, 51 médicos (... un ex colega de Luciana está enfermo) y más de 50 sacerdotes han perdido la vida junto con miles de personas en todo el país... Todos estamos obligados a quedarnos en casa y a salir sólo por razones de necesidad real. Todas las actividades comerciales están paralizadas y sólo funcionan las actividades destinadas a prestar servicios esenciales.

Económicamente, el país está sufriendo repercusiones muy graves. La Iglesia Católica y otras confesiones religiosas también se han adaptado y han decidido cerrar los lugares de culto y suspender todas las celebraciones. ¡Es extraña esta Cuaresma sin la celebración de la Eucaristía! ¡Sólo podemos participar en la Santa Misa a través de la televisión! En las primeras semanas sufrimos mucho por la falta de mascarillas, pruebas de diagnóstico y otros dispositivos médicos. Muchos de nuestros países vecinos pensaron que, como de costumbre, los italianos exageraban.

Poco a poco, a medida que la epidemia se extendía por todo el mundo, se dieron cuenta de que no era así. Apreciamos mucho la solidaridad de varios países, desde China hasta Cuba (por nombrar sólo dos), que han enviado no sólo material, sino también equipo quirúrgico y muchos médicos. Algunos pacientes, no de coronavirus sino con otras enfermedades graves, también están siendo trasladados a otros países de Europa.

Estamos aprendiendo a vivir de una manera nueva. En estos días se habla de muertes de religiosos y religiosas, especialmente de personas mayores que viven en residencias de ancianos, donde es más fácil contagiarse tanto por la fragilidad de los individuos como por la convivencia con personas que necesariamente tienen que estar atendidas por laicos. Nos damos cuenta, como nunca antes, que la vida está atada a un hilo.

¿Qué decir de nosotras las RSCJ? Vivimos en una situación que es surreal. Nuestra Provincial, Rita Crivelli, está atrapada en Francia. Cada una de nosotras estamos confinadas en nuestras casas. Tratamos de comunicarnos por todos los medios posibles, entre nosotras y con los demás.

 
Roma - Villa Lante:

Rita se ha conectado en videoconferencia a través de Zoom con la Comunidad de la Villa Lante y nos informa que las hermanas están bien aunque no sea fácil para ellas. Están pensando en las otras hermanas y en la familia. Se arraigan a la oración. Se han organizado para pasar tiempo juntas y solas. Se turnan para preparar las comidas. Florence trabaja en casa y las ayuda.

 
Avigliana, Villa Peschiera, Palermo Buon Pastore:

Luciana nos informa que sabe que en Villa Peschiera hay algunas hermanas en la cama, pero no es posible saber si son positivas o no porque los médicos no hacen las pruebas. En Avigliana, por ahora, y subraya por ahora, no tenemos personas con síntomas sospechosos. Las noticias de Palermo del otro día cuando habló con Laura y también con Giovannella, eran buenas. El problema es que nuestras comunidades de hermanas mayores tienen personal de fuera que son, por lo tanto, una posible fuente de infección, pero obviamente no podemos hacer otra cosa. En Villa Peschiera algunos empleados están de baja por enfermedad, en Avigliana, por ahora, no. Esperemos lo mejor...

Antonella habla frecuentemente con las hermanas de la Comunidad de Palermo que son huéspedes de la residencia del Buen Pastor, y confiesa que le cuesta mucho no poder visitarlas, pero por el momento debemos seguir las instrucciones recibidas del gobierno. También está en comunicación con Antonella Orlando, y hace dos días habló con Maria Gaczol que está en Agrigento: ella también está bien.

 
Padua:

Angelina desde Padua informa: “De momento, tanto nosotras en la comunidad, como las huéspedes, estamos bien. En casa con nosotras, en el internado, tenemos quince huéspedes, incluyendo dos profesores que se han quedado esperando la reapertura de la escuela y de la universidad y esperando hacer sus exámenes. La mayoría de las chicas estaban en casa porque las clases del segundo semestre aún no habían empezado, otras se habían ido a casa para las vacaciones de carnaval y tenían que volver para el comienzo de las clases. Con el último decreto ya nadie puede moverse de Padua, ni siquiera si se desean volver a casa con sus padres. Hace dos días murió el padre de una señora de Enna, cardiopático, que dio positivo a la prueba de coronavirus. Ella está aquí porque asistió al curso de calificación como maestra de apoyo y aún no había terminado las prácticas. Ayer, ingresaron también a su madre en el hospital, y por el momento parece menos grave que su padre... pero tiene muchas dificultades para recibir noticias de ella. Como la mayoría de los italianos cumplimos con nuestro deber: nos quedamos en casa, rezamos y tratamos de dirigir el colegio lo mejor posible en esta situación. Teniendo la responsabilidad de las chicas y no siendo ya jóvenes, sólo podemos “PERMANECER EN CASA”.

 
Nápoles:

Paola nos escribe: “todo está bien aquí, en Corso Europa están bien y la presencia de Rita De Martino es una ayuda para ir a hacer la compra y para la casa.

Nápoles Corso Europa:

Rita De Martino, de Nápoles Corso Europa, nos envió un relato corto sobre una iniciativa que tomaron en la escuela donde enseña, involucrando a las familias de la escuela, además de las actividades didácticas. Viendo el sufrimiento de tanta gente que muere sola, propusieron recitar un “Ave María” a Nuestra Señora. Cada persona elige una hora para hacer la oración, que viene comunicado a los demás, de esta manera siempre hay alguien que recita oración y la persona no estará sola. Estaremos espiritualmente cerca, al menos con la oración, de todos aquellos que se enfrenten a este doloroso momento, seguros de que Dios Padre les hará sentir Su amor. Es muy importante no dejar a las personas solas en el último momento de sus vidas, ya que creo que ninguno de nosotros lo desearía para si mismo, así que aunque estemos lejos, estamos unidos para acompañar a estos hermanos y hermanas nuestros y a sus familias.

Nápoles Miano:

Paola Paoli: yo también estoy bien, rodeada de la atención de mis vecinos que a menudo me dejan delante de la puerta platos buenísimos que cocinan y comparten conmigo. Quería contar mi experiencia durante las salidas con Sant'Egidio distribuyendo algunos alimentos a la gente que vive en la calle. Voy dos días a la semana, desde la sede de Sant'Egidio en Nápoles nos desplazamos en pequeños grupos por las distintas zonas donde sabemos que las personas se agrupan, que son muchas, demasiadas y tienen más miedo del hambre que del virus, y ahora también del frío. Viendo las necesidades, hice un llamamiento a las familias de la parroquia y del barrio; me respondieron muchos y los organicé en grupos según el área donde viven, así que cada vez que salgo hay un grupo de 3-4 personas que me hacen bocadillos, cada uno en su casa. A cierta hora los ponen delante de la casa de una persona, y yo voy a buscarlos. Tengo un promedio de 50 bocadillos por salida, bocadillos de huevo, de atún o queso... todo menos cerdo. Anoche un señor de la parroquia también me dio 70 botellas de agua, otra persona un montón de bufandas y sombreros. En este clima de tristeza, miedo y dolor que estamos experimentando es agradable ver en la gente el deseo de solidaridad, el deseo de hacer el bien a los demás. Y es bueno no sólo ayudar a los demás, sino también ayudar a los demás a ayudar”.

 
Aunque estamos lejos el uno del otro nos sentimos más cercanas, la solidaridad crece, hay más tiempo para dedicar a la oración, a la lectura, a aprender algo nuevo... como el Zoom, a las relaciones a través de los medios que proporciona la tecnología. Nos estamos descubriendo más humanas, más atentas a lo esencial y, algo que no habíamos podido lograr por otros medios, nos damos cuenta de que nuestras ciudades están menos contaminadas; vemos a los delfines acercarse a la costa del país, el aire es más puro.

En el capítulo VIII de Los Novios, Alessandro Manzoni decía: “Dios nunca perturba la alegría de sus hijos, excepto para prepararles a una alegría mayor y más segura”... ¡estamos seguras de que de tanto sufrimiento nacerá algo bueno para el mundo! ¡Recen por Italia!.

Antonella Aloisi, en nombre de las hermanas de Italia
 
 
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