Cuando comenzó la guerra en Ucrania, muchos refugiados llegaron a Polonia.
Algunos vinieron a vivir cerca de nuestra comunidad, sobre todo madres con hijos y personas mayores.
Decidimos organizar encuentros para los niños. Queríamos darles un espacio donde pudieran distraerse de sus recuerdos traumáticos de la guerra.
Los niños venían a vernos todos los jueves. Lo primero que hacíamos era ofrecerles galletas y bebidas. Luego, Ula preparó algunas manualidades. Organizamos algunas actividades artísticas y patrióticas que podéis ver en las fotos. Dos hermanas de nuestra comunidad, Ula y Malgorzata, vivieron en Rusia durante varios años, por lo que saben hablar bastante bien el ruso. Por lo tanto, era más fácil comunicarse con los niños. Ula les dijo a los niños de forma sencilla que ellos, su mundo y sus emociones son importantes. Luego tuvieron la oportunidad de estar juntos, jugar, reír, hablar, etc. Cuando empezó a hacer calor, salimos a jugar fuera. Los niños nos contaron con entusiasmo sus experiencias en la escuela de Ucrania y sus nuevas experiencias en la escuela de Polonia. Intentaron adaptarse a su nueva realidad. Pudimos ver que trasladarse, estar rodeado de gente nueva y aprender un nuevo idioma, etc. era un desafío para los niños. Pero también vimos que esta nueva experiencia era una gran aventura para ellos. Los niños se mostraron muy interesados, abiertos y curiosos.
Al principio, vinieron unos doce niños. En las semanas siguientes, cada vez había menos porque muchos de ellos se trasladaron a otros lugares con sus familias. Era un tiempo muy bonito cuando los niños venían a nosotras. Era muy disfrutable. Debido a que los niños se mudaron y se fueron a la escuela después de Semana Santa, dejamos temporalmente de celebrar las reuniones, pero las retomaremos si vemos que es necesario.
La guerra en Ucrania continúa. Muchos refugiados regresaron a su país con la esperanza de que la guerra terminará pronto. Pero muchos de ellos se quedaron aquí en Polonia o se trasladaron a otro país en busca de seguridad. Se está convirtiendo en algo normal para nosotros encontrarnos con ucranianos cada día en el autobús, en la calle y en el supermercado como empleados o como clientes. Pero es importante que no olvidemos por qué no pueden volver al hogar donde dejaron sus vidas.
La guerra continúa, no podemos olvidarla.
- Ilona Matuszewska