Kimberly King

Cuando era niña, conocí a Dios. Dios tenía algo que ver con la física maravillosa del mundo que siempre me ha entusiasmado desde mi infancia. La luz a través de un prisma, las gotas de color difundiéndose en el agua… Dios estaba en el trueno, y en a iridiscencia de un pez nadando, y Dios tenía también una mano en las circunstancias de mi vida. Recuerdo mi alivio al darme cuenta de que yo no tenía que entenderlo todo. Alguien o algo tenía la visión de algo mucho mayor. Y ese algo me esperaba. 

Cualquiera que fuese este sentido de Dios que tenía, sabía también, de alguna forma, que era un don – un don que despertaba un deseo absoluto de responderle. Iba a utilizar esta consciencia. Iba a ser "yo misma," una que no podía remediar el fuerte deseo y la convicción de que era posible “ver dentro de la vida de las cosas” (Wordsworth).

Después de años de experiencia con el amor, el desafío y la gracia, podía ver que esta apertura a lo que hay dentro y el deseo de expresarlo era un principio fundacional en cómo yo misma había estado en el mundo. Es por eso que escribía lo que veía rebosar dentro de los estudiantes, la razón que me hacía disfrutar leyendo y aprendiendo, lo que escuchaba entre líneas en el lenguaje y la poesía: era lo que está más allá del horizonte.

Una de las razones por las que entré en la Iglesia Católica Romana fue que encontré en su historia diferentes formas de expresar esta relación… iconos, poesía, misticismo, ritual…

Podemos llamarlo asombro, o Dios, o lo que está más allá de  horizonte, o llamarlo el Sagrado Corazón en donde lo que es más profundamente humano se encuentra con lo que es más gloriosamente divino, pero mi vida estaba consagrada por Dios … dedicada … al viaje que me conduce una y otra vez al Amor. Y acepté la invitación.

La primera vez que encontré a la Sociedad fue en Nueva York, donde era bibliotecaria de los niños. Una amiga me había dado el nombre de alguien a quien llamar cuando me fui allí para que pudiera conocer a alguien en una ciudad de más de 8 millones de habitantes! Un mes más tarde de mi llegada recibí una llamada invitándome a la comunidad de RSCJ en la Calle 80. Fui… y en realidad nunca me marché. Después de tres años de estar con ellas en toda suerte de circunstancias podía sentir que mi respuesta a la invitación de Dios tomaba forma. Me sentía en casa con esas mujeres – con cómo eran unas con otras, cómo rezaban, las cosas de las que hablaban … con cómo las circunstancias del mundo influían sus decisiones y prioridades. 

Hace 17 años, con el apoyo de mi familia, entré en la Sociedad para vivir esta invitación en la Iglesia y con otras personas de una forma que siento plena, liberadora, integradora, que amplía horizontes y que me desafía. Entré para vivir una vida de descubrimiento y revelación, crecimiento, contemplación y servicio apostólico en la compañía de mis hermanas en todo el mundo y en la compañía también de quienquiera que me encuentro en las tareas apostólicas en las que me involucro.

Durante estos años, he sido bibliotecaria en la Red de Colegios del Sagrado Corazón para estudiantes entre tres y dieciocho años. He sido también capellana del campus en la escuela secundaria, he enseñado religión a niños de 13 años en la clase, y he sido tutora y profesora de literatura de niños de 11 años. 

Además de la prolongada experiencia internacional en Chile antes de hacer los votos perpetuos en Enero de 2011, he tenido la oportunidad de participar en otros proyectos internacionales de las RSCJ. En dos ocasiones he ayudado a las RSCJ de México en su proyecto educacional de verano para jóvenes en Leon, Guanajuato. También he trabajado en un proyecto similar organizado por las RSCJ y lo voluntarios de Sancti Spiritu, Cuba.

Mis habilidades como bibliotecaria fueron muy prácticas para ayudar a las dos comunidades de Indonesia a reorganizarse después de una invasión de termitas. 

Durante los últimos dos veranos he ayudado también en las sesiones de la Academia de Verano de Liderazgo para jóvenes con Imma De Stefanis y Reyna Gonzales, las dos RSCJ que desarrollaron este proyecto.

Otro aspecto de mi misión apostólica con el que disfruto mucho es la traducción/interpretación. He realizado traducción/interpretación simultánea en un par de encuentros internacionales, así como traducción escrita para nuestra website internacional.

MI interés por el lenguaje y la escritura se extiende también a la poesía y al blogging. He mantenido un blog durante ocho años hasta ahora… La vida parece proporcionar material indefinidamente. La verdad de esa infinita fuente de material es parte de mi respuesta a alguien que me preguntó una vez si me había arrepentido de mi entrada en la sociedad.

No creo que mi vida está consagrada en la distancia o para una meta lejana. Estoy sellada con el amor de Dios en Jesús para descubrir y revelar su presencia en el aquí y ahora, así como en el allí y entonces. Aceptar esa propuesta me ha proporcionado el mayor gozo y el dolor más punzante que podría imaginar.

Me ha parecido un honor difícil y excepcional, ese SI a amar… inmerecido … y totalmente sorprendente.

Ningún arrepentimiento. Y un montón de Amor.

Amor que se mueve conmigo, que me sostiene, me desafía, y me llama. Me llama a casa y me llama hacia el pueblo de Dios. Ahora mismo, la llamada es a estar en Halifax, Nueva Escocia, ayudando en el Colegio del Sagrado Corazón que está al lado de nuestra casa, poniendo en marcha un Centro de Espiritualidad en el primer piso de nuestra casa, y siendo parte de la comunidad del Noviciado.

La vida es atareada y Dios es bueno!

 
 
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