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La provincia de Japón y la Misión de Fukushima envían sus saludos de Pascua a la Sociedad y una actualización de lo que han estado haciendo.
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Los habitantes de Fukushima se sienten muy cansados: el gran terremoto de 2011, otro en 2021, y ahora, el 16 de marzo pasado, un tercero... Este último, dependiendo de la zona afectada, fue tan grande o mucho mayor que el de 2011. Dos RSCJ que viven en Fukushima y trabajan en un centro de voluntarios han experimentado el miedo del terremoto junto con la población local. Gracias a los estudiantes graduados de los colegios del Sagrado Corazón, pudimos ayudar consiguiendo lonas azules/plateadas para la reparación de las tejas dañadas por el terremoto. También entregamos cajas de agua en botellas de plástico a los que quedaron sin agua y electricidad durante algún tiempo después del terremoto. Muchos voluntarios de diferentes partes de Japón vienen y se alojan en el Centro de Voluntarios de Cáritas Minamisoma. Van a la zona donde hay que reparar las tejas. Tras volver de su duro y arriesgado trabajo, uno de los voluntarios tocó el arpa para nosotros. Esto nos da fuerzas y nos anima a seguir adelante con nuestro servicio de voluntariado.
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Un día fuimos a Odaka para ayudar a pintar la pequeña cabaña de la albergue de color azul y amarillo para mostrar nuestra solidaridad con la gente de Ucrania. Pensábamos en el hermoso cielo y los campos de trigo de Ucrania. Odaka y Ucrania mantienen una estrecha relación desde el accidente de la central nuclear. El pueblo de Ucrania apoyó al pueblo de Odaka que sufrió el desastre de la radiación. Se han comunicado entre sí todos estos años.
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Después de esperar mucho tiempo, la primavera ya se siente en el aire. Aunque nos cuesta un poco disfrutar plenamente de la Pascua, seguimos caminando, creyendo en el espíritu de Cristo resucitado, y ayudándonos unos a otros a llevar la paz y la alegría al mundo entero.
Provincia de Japón
Misión de Fukushima
Masako Egawa