Imagen: Licia Atelier
Oración por las vocaciones - Lunes Santo - 25/03/24
Hoy, el profeta Isaías y el Evangelio de Juan nos invitan a reflexionar sobre las virtudes esenciales para una vida dedicada al servicio, motivándonos a explorar la interacción de la humildad, la confianza y el amor sacrificado. Emprendamos este viaje reflexivo, buscando ideas en la sabiduría intemporal que encierran estas lecturas, mientras discernimos nuestras propias vocaciones y abrazamos la llamada a servir con humildad y dedicación.
La primera lectura de Isaías 42:1-7 prepara el terreno presentando una visión profética del siervo del Señor. Este siervo es descrito como manso, compasivo y lleno del Espíritu. El pasaje subraya la importancia de la humildad en el cumplimiento de la propia vocación. Nos desafía a considerar cómo podemos encarnar estas cualidades cuando nos dedicamos al ministerio, recordándonos que el verdadero liderazgo proviene de un lugar de desinterés.
El Salmo responsorial 27:1, 2, 3, 13-14 se hace eco de un tema de confianza y seguridad en Dios. El salmista expresa una confianza inquebrantable en el Señor, reconociéndolo como luz y salvación. Esta lectura nos incita a reflexionar sobre nuestra confianza en Dios. Ante la incertidumbre y los desafíos, el salmo nos anima a sacar fuerzas de nuestra fe, comprendiendo que la guía de Dios es nuestra fuente última de seguridad.
El pasaje evangélico de Juan 12:1-11 narra la historia de María ungiendo los pies de Jesús con un costoso perfume. Este acto de devoción y generosidad es criticado por Judas, que cuestiona el uso de recursos tan valiosos. Jesús, sin embargo, defiende las acciones de María, reconociéndolas como una preparación para su entierro. Este pasaje subraya la importancia del amor sacrificado y la voluntad de entregarse al servicio. El gesto extravagante de María nos desafía a considerar la profundidad de nuestro compromiso con nuestra vocación y los sacrificios que estamos llamados a hacer. María reconoce que Jesús es la persona sobre la que quiere derramar su tesoro y su propio ser, y que ahora es el momento oportuno para hacerlo. Con Jesús ante ella, no se guarda nada, por insensato y despilfarrador que pueda parecer a algunos. ¿Y tú? ¿Te entregas libremente a Jesús a pesar de lo que piensen los demás?
El tema recurrente es que la vocación al ministerio no es sólo una profesión o un papel; es una llamada que exige humildad, confianza en Dios y la voluntad de hacer sacrificios por el bien común. Aunque María y Lázaro parecen callados, podemos emular su respuesta orante a la presencia de Jesús. Marta, por su parte, responde a la llamada al servicio y ayuda a crear el ambiente en el que se desarrolla esta escena sagrada. Lázaro simplemente se reclina a la mesa con Jesús. Acepta la gracia que se le concede, y su acción es de recepción consciente y deliberada, sabiendo que nunca podrá corresponder a Dios por sus dones. Tanto Marta como Lázaro son santos porque participan obedientemente en el plan de Dios.
Mientras nos acercamos más y más al Calvario con Jesús esta semana, escuchemos en oración lo que el Señor nos llama a hacer en cualquier situación, y respondamos a esa llamada con corazones alegres.
Preguntas de reflexión:
1. ¿Cómo pueden las cualidades del siervo informar y dar forma a tu enfoque del ministerio?
2. ¿De qué manera puedes profundizar tu confianza en Dios, inspirándote en la confianza inquebrantable del salmista?
3. Reflexionando sobre el acto de sacrificio de María, ¿cómo puedes manifestar un espíritu de amor generoso y desinteresado en tu vocación?
Reflexión de Rose Gichangi rscj
Provincia de UGK
