Carta al Papa Francisco

  • Margot Bremer RSCJ, caminando con la gente - foto tomada durante la Marcha de Silencio por los "campesinos" (11 de abril de 2014)
  • Foto por Margot Bremer rscj
 

... para conocer al Pueblo de la Tierra paraguaya

 
Bienvenido,  querido Papa Francisco, a esta tierra hermosa guaraní, habitada por un  pueblo pluricultural y multiétnico de profundos valores humanos pero sufriendo un sistemático empobrecimiento, sobre todo los “hijos de la tierra,” los que a continuación quiero presentarle en sus tres diferentes facetas:
 
 
1.  Estas tierras paraguayas fueron primeramente habitadas por  pueblos, de los cuales sobreviven hoy apenitas 120.000 así llamados indígenas, en la diversidad de veinte pueblos con culturas e historias diferentes; forman  2% de la población paraguaya.  Hasta hace poco (1945) ocho millones hectáreas de bosque cubrían estas tierras, en donde ellos podían desarrollar su proyecto de vida en relaciones de interdependencia entre ellos y con la naturaleza.

Hoy, sin embargo, las comunidades indígenas viven como en guetos, aislados y bloqueados.  Muchas familias indígenas están obligadas a abandonar su territorio ancestral y dirigirse a las ciudades en donde no son bienvenidos. Sus pocos chamanes que sobreviven aún, siguen orando desde los bosques por nosotros; pues les aflige y les quebranta que nosotros, los blancos, “no sabemos vivir ni convivir en tierra sagrada”.

 
2.  Cuando hace 500 años los primeros españoles vinieron a colonizar la tierra de nuestro Paraguay, aprendieron de los guaraníes cómo trabajarla, y cómo adaptar los saberes de plantación según un calendario agro-cósmico. Asumieron también algunos principios básicos fundamentados en el jopoi (reciprocidad), el potyró (trabajo comunitario) y el aty guazú (asamblea) de los indígenas. Así nació el campesinado paraguayo, cuyos profundos valores humanos, como la contemplación y la sabiduría, purificados y renovados en una permanente  lucha contra sequías, incendios, plagas, inundaciones, robos,y desalojos.

Hoy, sin embargo, hay muchos campesinos sin tierra en un país en el que 80% de la tierra fértil está en manos de 2% de la población.  Este sufrido pueblo campesino sin tierra tiene una historia que contar, y ruegan que sean escuchados.

 
3.  La inmensa mayoría de la población de los Bañados que vive a la orilla del río Paraguay en la periferia de nuestra capital, se compone de ex-campesinos y también de grupos indígenas que forzosamente, por distintas circunstancias,  tenían que abandonar su tierra. Con la espera de una nueva vida en la ciudad, tuvieron que experimentar que en la ciudad no se valora ni se solicita sus conocimientos y saberes sobre la producción en la tierra.  Muchos viven del reciclaje del maloliente basurero municipal, otros como astilleros y otros de la pesca. Pero principalmente son las mujeres –muchas jefas de familia- las que aportan  el sustento de la casa trabajando como servicio doméstico en el “barrio alto.”

Hoy, sin embargo, los Bañados están amenazados de ser desalojados de su terreno no titulado.   Gracias a muchos sacrificios, este terreno ellos han hecho habitable; y juntos ellos han construido también una nueva cultura bañadense. Pero de nuevo, la lucha por una tierra no ha terminado para ellos.

 
Todos estos tres sectores: indígenas, campesinos, y bañadenses,
están formando el “pueblo de la tierra” paraguayo
y han acrisolado el corazón de la población paraguaya.
 

En este “pueblo de la tierra” del Paraguay vos, querido Papa Francisco, encontrará el Pueblo de Dios.  Ellos dan un aporte insustituible a la identidad cultural de nuestro pueblo. El aroma y los saberes de la tierra así como la alegría de unirse en el trabajo comunitario, son fruto de su fe y amor en un Dios de Vida y de Comunidad, formando un solo Pueblo en la diversidad.  Que vos escuches su voz, por favor, pues le hablará en su idioma propio, el guaraní, transmitiéndole su alma a través de sus palabras. Ese pueblo espera ser escuchado por vos en su tierra y espera de vos una palabra de aliento y alegría para su lucha  incansable por más vida.

No quiero ser la “voz de los sin voz” pues los “hijos de la tierra paraguaya” ya tienen propia voz y propias palabras. Pero le aseguro que al escucharles, vos vas a encontrarte con el “corazón” del pueblo  paraguayo.

 
Un cordial abrazo con olor a y amor de la tierra paraguaya,          
 
 
Margot Bremer rscj
Margot Bremer rscj vive y trabaja en Paraguay desde hace 27 años. Colaboró con los jesuitas en el Centro de Estudios Paraguayos Antonio Guasch, y durante 20 años dio clases en el Instituto de la Conferencia de Religiosos. Hoy día, ella sirve como asesora teológica en CONAPI (Coordinación Nacional de Pastoral Indígena), un trabajo que llevaba desde 1992; continúa su colaboración con los jesuitas a través de su revista Acción; y participa en diferentes grupos, incluyendo AMERINDIA, AELAPI (Articulación ecuménica latinoamericana de Pastoral y Teología India) y el CELAM (Conferencia Episcopal latinoamericana), donde contribuye con aportes en teología guaraní.
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