No hay no-creyentes en una guerra: Donación de objetos espirituales a soldados Ucranios

La situación de Ucrania es todavía muy difícil, por lo tanto, aparte las armas, provisiones médicas y comida, la ayuda espiritual también es necesaria. El Obispo Pavlo Honczruk de la diócesis de Kharkov-Zaporoshian parafraseó la famosa cita, señalando que: “no hay ateos en la guerra, no hay quien duda en las trincheras.” El Padre Anatol Kłak, MIC, el párroco de la parroquia de la Sagrada Familia en Kharkov, añadió en una entrevista: “Todos rezan en la guerra: cristianos, judíos y musulmanes.” Esta gran necesidad espiritual nos la confirman voluntarios de la Ucrania, que están distribuyendo artículos de devoción a soldados en hospitales, a sus familias y a los que se van al frente durante el año. Aunque menos del dos por ciento de los Ucranios son católicos, los soldados, con mucho gusto, se llevan rosarios, imágenes y medallas y aprenden a rezar.

A petición de voluntarios para Ucrania, para este fin organizamos una colecta entre los participantes de retiros de nuestro Centro de Espiritualidad Sagrado Corazón: recoger artículos espirituales, sobre todo rosarios, medallas y pequeñas imágenes (que caben bien en los bolsillos.) También pusimos chocolates en los bultos. Karolina, una de nuestras ejercitantes, que se encarga del perfil del Centro en Facebook, se encontró con Marcelina de Ucrania, la cual organizó esta iniciativa. Karolina compartió la idea con nosotras en el Centro y enviamos un correo electrónico a mas de mil ejercitantes del Centro. Algunos respondieron y organizaron colectas en sus entornos y nos los enviaron. Otras personas de buena voluntad tenían cupo en su coche para llevar nuestros bultos a Ucrania. Allí, los voluntarios los distribuyeron con personas a los cuales han dedicado su tiempo y sus corazones.

Durante más de un mes, bultos grandes y pequeños llegaron a nuestra casa. Había cosas que pertenecían a las personas que los enviaban; otras venían compradas para ser enviadas a nosotras. En algunos bultos, cada imagen estaba laminada. Esto facilita ponerla en el bolsillo y no se gastará muy rápido – es un gesto tan sencillo, pero demuestra la consideración hacia el recipiente. Esto, y el tiempo dedicado preparando los bultos eran expresiones del cuidado y del amor. La ayuda a Ucrania sale con regularidad de Varsovia y ya hace dos veces que hemos añadido bultos para ir a la región de Ternopil. Ahora estamos haciendo colecta para el próximo transporte y hemos recibido mensajes conmovedores y fotos enviados por Marcelina con la cual estamos continuamente en contacto. Les adjunto algunas experiencias que ella nos ha contado:

“Cuando trajeron los bultos, la iglesia estaba cerrada; había un soldado delante de la iglesia rezando de pie. Le pedí que nos ayudara a llevar las cajas por dentro. Nos ayudó, y luego se quedó rezando un tiempo largo en la iglesia.”

“Me conmuevo mucho cuando Dios toca profundamente a personas por medio de estos rosarios e imágenes. Un soldado me besó las manos cuando le dije que era de Polonia – yo misma empecé a llorar. Creen profundamente en la obra y el poder de Dios y desean algo que los recuerde de ello.”

“Les di algunos dulces y me dijeron que deseaban a Dios, una oración, un rosario, una imagen, algo bendecido… Uno, con una mano herida, dijo que tenía sangre en las manos y que no hay perdón para él en esta vida ni en la próxima; que no puede tomar un rosario en sus manos porque es una cosa sagrada. Le dije: ‘No eres asesino, eres protector. Si deseas hablar con un sacerdote o confesarte, lo arreglaremos enseguida.’ Finalmente, otros cuatro soldados que estaban también en la sala con él, pidieron confesarse. Le di un rosario a otro que me pidió aún más, para distribuirlos a sus compañeros que encontraría a su regreso. Les enseñé – a hombres adultos - como rezar el rosario. Una oración tan sencilla… lloraban…”

Se necesita tan poco para dar esperanza. Alguien encuentra y escucha a otro. Una cadena de pequeños gestos, tiempo y cuidado, son una manera tan sencilla de inspirar la esperanza aún en el infierno de la guerra. Solo Cristo, el Príncipe de la Paz, ha el poder de traer la verdadera paz a través de los Artesanos de la Esperanza. No dejemos de rezar y de difundir la esperanza. Y que no nos acostumbremos a la guerra y al sufrimiento del pueblo del otro lado de nuestra frontera oriental.

Renata Ryszkowska rscj

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