Montserrat García y María Trinidad Acuña
Motivación: quisiéramos invitar a tener este momento de oración con unas palabras de dos alumnas del Colegio Sagrado Corazón Apoquindo de Chile dieron como testimonio a los educadores lo que significó haber estudiado en nuestro Colegio.
Ellas son Montserrat García y María Trinidad Acuña. Hace una semana atrás celebraron su graduación, convirtiéndose en exalumnas.
Que podamos acoger estas palabras inspiradoras y que refleja lo que Magdalena Sofía soñó para la “pequeña Sociedad”:
“Es difícil describir nuestros sentimientos ante este mundo tan convulsionado, individualizado y rápido. Un mundo que, en ocasiones, no entiende el fuego que llevamos dentro de nosotras, una llama que aprendimos a cultivar desde pequeñas y que nos ha convertido en quienes somos hoy y quienes queremos ser en el futuro.
El Sagrado Corazón es una figura que escuchamos de nuestros educadores desde que llegamos al Colegio cuando teníamos 4 años. En un inicio, ese corazón abierto se nos enseñaba a través de dibujos e historias y que Jesús estaba siempre con nosotras de la mano. Pero de a poco se fue transformando en algo mucho más profundo, en una búsqueda interior. Una búsqueda incansable y eterna que no se quedó solo en los retiros, servicios de voluntariados o en las misas de los primeros viernes. Comenzó a ser una búsqueda de Jesús alrededor nuestro. Se fue convirtiendo en un encuentro diario, constante, en el que cada día, al rezar en las mañanas con nuestros cursos nos vuelve a conectar con aquello que nos une. Una imagen que nos invita a amar a todos y a entregarnos al servicio de los demás sin esperar nada a cambio, pero, también, a dejarnos amar por el Corazón de Jesús en todo momento.
En el Colegio, a través de ustedes (educadores), nos han enseñado que el cultivo de nuestra fe no se queda solo en palabras, sino que actúa a través del encuentro con los demás, de mirar con los ojos de Dios que acoge con completa apertura. Esto es mucho más potente que quedarse solo en rezar un sinnúmero de avemarías que no se encarnan en la realidad.
Nos han mostrado, que, desde nuestra interioridad, podemos crecer. Que, en ese constante diálogo con Jesús, le encontramos sentido a la vida y nos invita a acoger al otro independiente de quien es. Es un amor que nos hace sentir hinchadas, conmovidas y sostenidas.
Ser alumnas del SC, es un sello para toda la vida y una misión preciosa que se nos regaló cuando nuestros papás eligieron este colegio para nosotras. Amar como el Sagrado Corazón es amar lo distinto, al enemigo, lo difícil. Es un corazón que ve luz en la oscuridad, acogida en lo hostil, alegría en la tristeza. Pero gracias a la entrega de otros, al sentirnos amadas y sentirnos capaces de entregar y vivir en Jesús cada día, desde nuestra imperfección humana, de a poco nos vamos dando cuenta de que Él sí está presente, de que sí nos acompaña, de que junto al Espíritu Santo nos ilumina el camino en todo momento.
Sin el Colegio, sin ustedes (educadores) que nos han enseñado todo lo que hoy les contamos, no seríamos las mismas mujeres que somos hoy. Mujeres católicas que saben ver en los demás a Dios, que gracias al ejemplo del Sagrado Corazón podemos salir al encuentro del otro, viendo siempre a los demás como una oportunidad y no como una amenaza…
Gracias, queridísimo Sagrado Corazón por habernos permitido convertirnos en mujeres que miran y viven desde el Corazón de Cristo, un corazón abierto y dispuesto a entregarse al mundo entero…”
Quedarse un momento en silencio acogiendo estas palabras y las siguientes preguntas pueden ser una ayuda para compartir nuestra oración:
- ¿Qué brota de mi corazón al escuchar este testimonio?
- ¿Me siento con esperanza frente a la juventud?
- ¿Qué quisiera poner en el Corazón de Jesús hoy?
Después de compartir, agradecer estos espacios que nos ayudan a continuar optando por la juventud y especialmente por las vocaciones a la Sociedad del Sagrado Corazón de Jesús.
Invitar a terminar con este video realizado, también por alumnas del Colegio del Sagrado Corazón Apoquindo con una canción en la que obtuvieron el primer lugar en un concurso de voces católicas en Santiago de Chile.
Jessie Muñoz Sepúlveda rscj
Provincia de Chil
