Una tormenta devastadora en la meseta de Kimwenza, Kinshasa, República Democrática del Congo

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Christian Nzuzi Lukoki, profesor del Liceo de Kimwenza, describe la devastadora tormenta que azotó la meseta de Kimwenza, sede de numerosas escuelas, el lunes 18 de marzo de 2024.

El lunes 18 de marzo de 2024, las lluvias torrenciales y la tormenta que se desató sobre una parte de la comuna de Mont Ngafula golpearon duramente la meseta de Kimwenza, sede de numerosas escuelas. La zona está actualmente,  pagando  un alto precio por esta furia climática.

En esta segunda quincena de marzo, el día estuvo muy soleado aquel lunes. Por la mañana, las clases en el Liceo de Kimwenza y otras escuelas cercanas se desarrollaron con normalidad, hasta que los alumnos se marcharon  hacia las 13.00 horas. Hacia las 15.00 horas, el cielo se nubló de repente. Entonces empezó a llover, acompañada de una tormenta muy violenta que causó enormes daños materiales. En la memoria de todos, nunca habíamos visto la naturaleza desatada con tanta furia en la meseta de Kimwenza. Tras la catástrofe, las consecuencias del trauma son palpables en los rostros apagados de algunos estudiantes e incluso de las autoridades.

Sólo hay que hacer un rápido recorrido para convencerse de la magnitud de los daños, que son visibles por todas partes: techos de dormitorios y aulas volados, una sala múltiple dañada, pozos y depósitos de agua destruidos, tuberías de agua cortadas, hornos eléctricos fuera de servicio, pertenencias de las internas dañadas, un muro de la cerca  derrumbado, ramas arrancadas, árboles fuera de sus raices, paneles solares hechos jirones, etc. Es como estar en Estados Unidos, el Caribe o Filipinas, donde estos vientos devastadores causan repetidos daños materiales y humanos. Del lado  del convento, el noviciado de las Religiosas del Sagrado Corazón de Jesús sufrió graves daños, con el tejado arrancado. En la misma línea, la escuela primaria Ntemo I y II también sufrió grandes daños. En el Collège Ndinga Mbote, la situación es tan grave como dramática. Los tejados del edificio del internado, de las aulas y de las casas de los profesores han desaparecido.

En total, se produjeron destrucciones de una magnitud sin precedentes en las escuelas de la meseta. En lengua kikongo, Kimwenza significa "Ciudad de los Santos". Sin duda, los santos desempeñaron un papel fundamental en la protección de las vidas humanas. De hecho, a pesar de la violencia de la tormenta y su estela de daños, milagrosamente no se registraron heridos ni pérdidas de vidas humanas. Es más, las escuelas de la meseta de Kimwenza se encuentran actualmente en estado ruinoso, lo que hace técnicamente imposible que funcionen como de costumbre.  Afortunadamente, varias autoridades estaban presentes esta mañana. Esperemos que el informe que enviarán a sus superiores sirva pronto para encontrar una solución adecuada para las escuelas afectadas por la catástrofe.

Puede que la tormenta haya pasado rápidamente, pero los  recuerdos amargos y, sobre todo, los daños que ha dejado  son considerables. Esto reabre el debate sobre el difícil tema  del cambio climático y las devastadoras consecuencias que está causando en todo el planeta.

Christian Nzuzi Lukoki
Profesor en el Liceo de Kimwenza