Celebrando a Janet Stuart

  • Este es el cementerio de la Iglesia Cottesmore donde el padre de Janet fue rector/pastor y donde ella creció. (Foto por Juliet Mousseau rscj)

¡Necesitamos diez días para empezar a descubrir quién y cómo era esta mujer extraordinaria!

Fue maravilloso estar juntos RSCJ y Colegas de los cuatro puntos cardinales del mundo, una experiencia verdaderamente internacional para todos nosotros/as. Todos los que estábamos en Londres para la Conferencia Académica y la de Búsqueda agradecimos los días libres que tuvimos entre una y otra Conferencia.  La excursión a Cottesmore, el lugar de nacimiento y primeros años de Janet fue una forma diferente y muy valiosa de seguir sus huellas. Pudimos escuchar y leer la historia sobre su linaje directo de los reyes escoceses, razón por la que su padre eligió Erskine como su segundo nombre. También pudimos ver el sepulcro de la familia a la que fue Janet a la edad de seis años esperando que su  madre saliera, como Lázaro salió de su tumba a la orden  dada por Jesús.

Janet fue una mujer extraordinaria, dotada intelectualmente, con una dulzura y bondad natural que agradecían  todos los que la conocieron. Sus orígenes y educación la hicieron sensible al amor de Dios. Vivía en la hermosa campiña de Rutland donde se apreciaba la naturaleza. Su gran poder de observación es evidente en todas sus palabras y escritos, y era capaz de extraer el oro escondido que la mayoría de nosotros no ve ni  se toma el tiempo para reconocerlo y extraerlo.

Me ayudaron a hacerme consciente  estas ideas que oí en las Conferencias:

  • La lección que extrajo  de una travesía por el mar agitado.  Al final de una carta escrita a la comunidad de Roehampton, les dice: "Si el mar de la vida está enojado y turbulento cuando navegamos debemos tener en cuenta que las luces de la bahía seguramente aparecerán algún día, quizás pronto, ya estaremos en el puerto".

  • Habiendo una vez temido estar encerrado en 33 acres en Roehampton, el mundo era su superficie.  Durante sus viajes, se hizo muy consciente de su nuevo entorno, sacó lecciones para la vida de estos conocimientos y los compartía con los demás. Siempre amó enseñar, como ella misma nos lo dice. Y ayudar a otros/as en el recorrido de sus vidas, era como su segunda naturaleza.

  • Le impactó el silencio antes de comenzar la clase cuando visitaba un curso  de niñas en una escuela en Japón, y que se pidiera a las niñas a permanecer así. Ella sacó valiosas lecciones para nuestras escuelas modernas donde nuestros alumnos y alumnas  tienen tanta necesidad de aquietarse.

  • Es una persona que nos enseña mucho acerca de la oración. Habiendo luchado con varios métodos de oración durante sus primeros años en la Sociedad, más tarde, se dio cuenta  que su paciente espera a los pies de Cristo era su mejor oración. Hacia el final de su vida se alegró cuando, al salir de la profundidad en la oración, sintió al Señor que la levantaba de modo que no se necesitaba ningún esfuerzo más de su parte, pero sólo gozar y sentir consolación en su Presencia.

  • Era una persona que podría haber experimentado depresión a veces, pero supo manejar esa tendencia. Yo escuchaba sus palabras inspiradoras: "cuanto más alto queremos volar, mayor es el riesgo, y esto es lo mejor. Las grandes incertidumbres en las que confiamos en Dios, los riesgos sin aliento que corremos, sin ninguna seguridad, muestra nuestra gran confianza en Dios. Me  parece que ésa es la esencia de nuestra vida y su belleza. Crecer en confianza hará que consigas u equilibrio en el riesgo y eso te encantará."

 
Kathleen Friel rscj
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