La profundización de la interioridad y el encuentro central con Jesús que nos sensibiliza a su presencia en nosotras, en los demás, en nuestro mundo – a través de la dimensión contemplativa de nuestra vida, así como mediante el acompañamiento de retiros, la dirección espiritual, el trabajo pastoral, la evangelización, etc. Al mismo tiempo, nos esforzamos por abrir espacios, en nuestros contextos tan diversos, en los que nuestros hermanos y hermanas laicos/as, nuestros compañeros/as de misión, puedan explorar, desarrollar y expresar su espiritualidad. Esto nos permite escucharnos unos a otros más profundamente y escuchar la voz de Dios que habla a través de cada uno.