«Charcos de Silencio en esta Tierra Árida»
Hay mucho en la vida de oración de Filipina que podría ser una fuente de reflexión para nosotras, pero hoy concentrémonos en un solo aspecto – en cómo su oración ha tocado e inspirado a los demás, en particular a sus queridos Potawatomi.
Filipina se está acercando al final de su vida después de una enfermedad física y muchos problemas de corazón. Se encuentra en Sugar Creek entre los Potawatomi a los cuales deseaba dar a conocer el Corazón de Jesús. No logra aprender el idioma de este pueblo, pero ellos la han observado durante la oración y han percibido su bondad y preocupación por ellos. Como era su costumbre, le dieron un nombre que expresaba quien era en su esencia, Quah-Kah-Ka-num-ad (la mujer-que-reza-siempre).
Filipina es importante para ellos no solo como persona sino como un indicador en el más allá del Gran Espíritu, el nombre nativo americano que se daba a Dios. Es el Gran Espíritu que da un sentido a su vida, le da inspiración, gracia y amor. A través de Filipina, el Gran Espíritu invita a los Potawatomi a buscar un nuevo significado para sus vidas – nueva inspiración, gracia y amor.
Hoy, el ejemplo de Filipina invita a cada una de nosotras a vivir y orar de manera que los demás, en particular los jóvenes, puedan ver nuevas posibilidades en sus vidas y elegir así lo que es realmente vivificante.
Geneviève Bannon rscj
Province |Australia / Nueva Zelanda
Our Spirituality |Reflexiones a través del mundo