El séptimo día en Tagaytay ha sido muy intenso y enriquecedor para mí. Como de costumbre, por la mañana fui a la Santa Misa en la capilla y el sacerdote que celebró la Eucaristía en inglés nos cantó una bendición en filipino. Fue un momento muy hermoso que me tocó el corazón. Después del desayuno, tuvimos nuestro ratito de oración común durante el que lanzamos hilados de diferentes colores como expresión de nuestra pertenencia y unidad. Mientras tejiamos una red colorida, rezamos las unas por las otras y por nuestros ministerios.
En la sala de conferencias continuamos el proceso que ya habíamos comenzado el día anterior. Resolvimos algunos temas emergentes y nos decidimos por seis. Llegó el momento en que a cada persona se le pidió que eligiera y tomara una posición sobre un tema que la inspiraba más. Nos dieron la posibilidad de cambiar así que, finalmente, me uní al grupo donde el tema era el cambio sistémico de la sociedad y la Iglesia. Mi deseo es ser más conscientes de los sistemas injustos y ayudar a los jóvenes en su búsqueda de vivir en un mundo más justo y pacífico.
Section |JPIC Encuentro Internacional 2018