Jesús nos invita a permanecer unidos a la Vid, que es Él mismo, a permanecer en la experiencia de Su amor. De forma repetitiva insiste “el que permanece unido a mi, … produce mucho fruto”. Ésa es la clave para producir mucho fruto: la permanencia, vivir vitalmente unidos a Él. Y esto ¿cómo? Jesús dice: “si cumplen mis mandamientos permanecerán en el amor”, “Mi mandamiento es este: ámense unos a otros como yo los he amado”. Más que un mandamiento, se puede decir que es una consecuencia, es un imperativo que nace de dentro, porque quién ha experimentado el amor de Jesús y vive en ese Amor siente una inmensa alegría y no puede hacer otra cosa que expresar eso que lleva dentro: el Amor.
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