Participamos en la misión de la Iglesia por el servicio de educación.
Impulsadas por el amor del Corazón de Jesús, buscamos el crecimiento de las personas en su dignidad humana y como hijos e hijas de Dios, a partir del evangelio y de sus exigencias de amor, de perdón, de justicia y de solidaridad con los pobres y marginados.
Allí donde seamos enviadas, el amor del Corazón de Jesús y el deseo de darlo a conocer impulsarán cualquier trabajo que realicemos. Lo expresaremos por medio de: la búsqueda del crecimiento integral de la persona; la sed de construir un mundo de justicia y de paz e respuesta al grito de los pobres; la pasión por anunciar el evangelio.
(Extractos de las Constituciones de 1982)