La Hermana Anita Nazareth, RSCJ de la Provincia de la India, ha escrito esta carta de gratitud a Santa Magdalena Sofía.
Querida Santa Madre,
Cuando contemplo tu imagen, sentada en oración en tu ático, sosteniendo un precioso libro en tu regazo, pareces estar en la presencia Divina, iluminada e inspirada por el Espíritu Santo. Tus cartas a Filipina encendieron un fuego dentro de mí, y me animaron a escribirte esta carta.
Me siento abrumada por su valentía y confianza al estar dispuesta a atravesar el mundo por el bien de la educación de los niños, un signo de su firme compromiso con la evangelización. A través de la educación, comunicaste el amor del Sagrado Corazón de Jesús y capacitaste a las niñas para vivir con dignidad y trabajar incansablemente por el bienestar de sus hermanas y hermanos pobres y necesitados. Viviste siempre bajo la guía del Espíritu Santo e inculcaste este estilo de vida lleno de espíritu en cada una de tus hijas, enseñándonos que el discernimiento espiritual es nuestra forma de vida.
Tu guía espiritual continúa incluso desde el cielo. Me conmoví profundamente cuando vi tu châsse en la iglesia de San Francisco Javier, en París. Aunque ya no estás con nosotros en forma corporal, tus reliquias continúan tu misión de evangelización: proclamar la buena nueva del amor entregado del Sagrado Corazón de Jesús.
Mi corazón rebosa de gratitud hacia ti, Santa Madre, por acompañarme y guiarme en mis momentos de duda y falta de claridad con respecto a mi vocación. He experimentado tu presencia fortalecedora en varias etapas de mi vida religiosa. Humildemente reconozco que hoy sigo siendo una RSCJ gracias a tu gentil guía y aliento maternal.
Siendo todavía novicia en Patna, tuve el privilegio de conocer a la Hna. Patricia Quevedo, mi primera Superiora General, que me interpeló con ternura: «Hna. Anita, ¿quién es Jesús para ti?». Reflexioné un rato y respondí con confianza: «Jesús es mi compañero en mi camino espiritual».
Nuestra Sociedad me dio la oportunidad única de vivir en Roma durante mi formación. Me enriquecieron mis interacciones de corazón a corazón con nuestras hermanas de varios continentes y diversas culturas. Visitar la Casa Madre y conocer a la que era entonces nuestra Superiora General, la Hna. Kathy Conan, fue como un sueño hecho realidad. Ella y el Consejo General me parecieron hermanas muy sencillas y humildes, fácilmente accesibles y muy agradecidas por todos nuestros esfuerzos para vivir el estilo de vida de las RSCJ.
Bajo el liderazgo de la siguiente Superiora General, Hna. Barbara Dawson, nuestra Sociedad ha entrado en una nueva era con valentía y confianza. Hemos despertado a nuevas posibilidades con la esperanza de un futuro pionero mientras que la tecnología nos ha dado la inmensa alegría de conectar con nuestras hermanas RSCJ de todo el mundo – recordándonos que nosotras, aunque muchas, somos Un Solo Cuerpo, todas unidas en el Sagrado Corazón de Jesús.
Gracias, Santa Madre, por fundar nuestra pequeña Sociedad, y confiarnos la misión de descubrir y manifestar el amor de Dios en el corazón del mundo a través del servicio de la educación. Tu carisma sigue elevando, motivando e inspirando a personas de todo el mundo mientras nos esforzamos por vivir vidas totalmente contemplativas y totalmente apostólicas. Al celebrar tu cumpleaños, Santa Madre, te pedimos tu bendición en nuestro empeño por compartir el amor de Dios con nuestras alumnas de Haregaon y, a través de ellas, evangelizar el mundo.
Con profunda gratitud,
Tu humilde hija,
Hna. Anita Nazareth, RSCJ
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