que tenia «Sígueme» como su tema,
del 22 al 25 de enero.
La imagen del planeta con la palabra “Love” (Amor) al centro (con el Corazón Abierto como la letra «O») así como el logotipo con el corazón abierto y todos los países alrededor, eran los principales símbolos que acompañaban el espacio que nos asignaron. También colocamos diversas fotos que mostraban a RSCJ en comunidad y en misión alrededor del mundo.
Ofrecimos folletos, postales, plumas, imanes, pines — todos con nuestros logotipos. Invitamos a la juventud a «Pon su oración en el Corazón de Jesús» escribiendo alguna petición y colocándola en un gran corazón delineado frente a nuestro puesto. Participó muchísima gente; ¡ahora tenemos muchas bolsas de intenciones para llevar a la oración!
Pero el atractivo mayor fueron los “tatuajes” (temporales). Cada día aumentaban las filas de jóvenes que llegaban buscando uno, querian ser marcados con el Corazón de Jesús. Todos estos eran un excelente pretexto que nos dio la oportunidad para platicarles qué significaba el Corazón Abierto, o compartirles que “Amar es nuestra Misión”, no sólo como religiosas, sino como creyentes.
De igual forma, tras la pregunta “¿de dónde vienes?” les mostrábamos el nombre de su país en el logo. Si lo encontraban causaba mucha emoción, y si no preguntaban “¿por qué no están ahí?”, (especialmente panameñas) y así continuaba el diálogo. Si veíamos mayor interés, les ofrecíamos anotar sus nombres para «seguir conectada al Corazón,» ya sea para hacer un voluntariado, saber más de la Sociedad, o animarse a considerar su vocación como religiosas.
Estar ahí cada día, atendiendo y platicando con tantos jóvenes (más de 700,000 jóvenes estuvieron en la JMJ), nos acercó al ambiente de la alegría y esperanza que llenan su vida. Fue muy emocionante encontrar jóvenes que ya nos conocían o resonaban fuertemente con nuestro carisma, o simplemente eran nuestros paisanos o de países donde hemos estado (como Nicaragua). No faltaron fotos, porras, cantos, una serie de recuerdos compartidos con alguna RSCJ o en alguna institución nuestra… siempre con cariño. Hubo incluso un joven que, con lágrimas en los ojos, hablaba de cómo una RSCJ en Cuba lo había marcado para toda la vida. Varios jóvenes y adultos de Venezuela pidieron por su pueblo.
Algunas de nosotras asistimos al campo Santa María la Antigua, en la cinta costera, para escuchar el mensaje de apertura del Papa Francisco. Lo que nos conmovió profundamente fue ver la pasión, el entusiasmo y la devoción de los jóvenes. El Papa hizo un reconocimiento que jóvenes son capaces de “caminar,” porque cuando uno empieza a caminar ya no se tiene miedo. Resaltando que jóvenes son «artesanos de la cultura del encuentro… que nos hace caminar juntos desde nuestras diferencias pero con un amor, juntos todos en el mismo camino,» él afirmó:
Fueron cuatro días completos de compartir con miles de jóvenes que nos visitaron en la feria vocacional. Estamos seguras que ahora muchos de ellos “nos conocen,” otros se fueron con la esperanza de que un día el nombre de su país aparecerá junto al logo. Esta oportunidad de pastoral vocacional se convirtió en una fuerte experiencia de misión: amar a jóvenes y descubrir y manifestar juntos el Amor del Corazón de Jesús.
Terminamos esta experiencia estando muy contentas y motivadas. Agradecemos a muchos donantes que hicieron posible nuestra presencia en la Jornada Mundial de la Juventud y la invitación de la Comisión Internacional de Vocaciones por su apoyo en estrechar nuestros lazos entre Provincias y fortalecer la vivencia como Cuerpo, descubriendo y manifestando el amor del Corazón de Jesús junto con jóvenes.
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