Jornada especial de oración y ayuno por la paz
el 23 de febrero próximo, viernes de la primera semana de Cuaresma.
Como en otras ocasiones similares, invito también a los hermanos y hermanas no católicos y no cristianos a asociarse a esta iniciativa en las modalidades que considerarán más oportunas, pero todos juntos.
Nuestro Padre celeste escucha siempre a sus hijos que gritan a Él en el dolor y en la angustia, «sana a los de roto corazón y venda sus heridas» (Salmo 147, 3). Dirijo un sentido llamamiento para que también nosotros escuchemos este grito y, cada uno en la propia conciencia, delante de Dios, nos preguntemos: «¿Qué puedo hacer yo por la paz?». Seguramente podemos rezar; pero no solo: cada uno puede decir concretamente «no» a la violencia en lo que depende de él o de ella. Porque las victorias obtenidas con la violencia son falsas victorias; mientras que ¡trabajar por la paz hace bien a todos!»
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