México: Familias de jóvenes en misión, con los indígenas Otomíes

Hace más de 11 pertenezco a la comunidad de familias que formamos parte del Colegío del Sagrado Corazón de la Ciudad de México, y hace cinco años me integre al equipo de trabajo como maestra en primaria. Esto me ha permitido conocer a muchas niñas, que por el tiempo que les he dado clases, a veces las siento como mis hijas. Sin embargo esta semana en Familia Dios me permitió compartir con mi familia y otras familias del colegio la experiencia de ir a misiones al Valle del Mezquital Hidalgo. Estuvimos en una pequeña comunidad de indígenas Otomíes que se llama Los Pinos, y es ahí donde después de tantos años de pertenecer al colegio he sentido mas cerca la presencia y el amor de Dios.

Yo pensaba que el ir de misiones era un acto de caridad donde íbamos a enseñar algunas cosas y a rezar durante esa semana, sin embargo fue una experiencia de vida donde no dimos sino compartimos la palabra de Dios y celebraciones con la gente; pero sobre todo COMPARTIMOS nuestras experiencias, nuestras vidas mientras que ellos nos abrían las puertas de sus casas, unas menos pobres que otras, donde nos invitaban llenos de orgullo y alegría a compartir el desayuno, la comida y la cena. Por supuesto desde que llegamos nos tenían preparado un lugar donde podíamos dormir y bañarnos que aunque muy sencillo se notaba que nos esperaban con gusto.

Durante toda la semana además de las celebraciones religiosas tuvimos pláticas y visitas a las casas. Fue muy emocionante ver a mis hijas y a las demás niñas y jóvenes que iban relacionarse con la gente y dar lo mejor de ellos, con gusto. Participaron en las celebraciones, dieron pláticas, trabajaron con la gente en el campo y sobre todo, jugaron basket y Football con los jóvenes y niños del pueblo. Hubo muchos momentos en que sentimos la presencia de Dios. En particular me conmovió la actitud de la gente hacia nosotros durante la ceremonia de despedida del Sábado de Gloria donde todos derramamos algunas lágrimas.

Todos los que íbamos nos llevamos una gran experiencia en el corazón, dándonos cuenta que se puede ser feliz sin tantas cosas materiales y valorando lo que tenemos. Le doy gracias Dios por esta experiencia y en especial a Luty rscj por su esfuerzo y por la oportunidad que nos dio al permitirnos vivir estos momentos en familia, que a muchos nos han dado un nuevo sentido de vida.

 
Sra. Lourdes Ortega de Sendra
Maestra en primaria y miembro de la Comunidad de Familias
del Colegío del Sagrado Corazón de la Ciudad de México 
Provincia de México
 
 
 

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