La comunidad de Haití, María del Valle, Rosa, Sofía y Maricruz, han enviado una carta a la Sociedad en la que relatan la situación actual en Haití.
Invitamos a todas las RSCJ y a la familia del Sagrado Corazón de todo el mundo, a rezar como un solo cuerpo por el pueblo haitiano.
Anse-à-Pitres 6 de Marzo 2024
Muy queridas hermanas,
Queremos compartir con ustedes nuestro momento presente, ya que otra vez tenemos en primera plana las noticias sobre Haití. Es una tristeza hablar de este precioso país, sea por desastres naturales, por la inseguridad, vandalismo o ahora sin alguien que gobierne este país.
En la comunicación anterior les compartíamos que desde septiembre del 2023 hemos sufrido el cierre de las fronteras: aérea, terrestre y marítima con la República Dominicana, esta situación nos ha seguido afectando permanentemente e impedido realizar algunas actividades que deseábamos haber hecho; como fue nuestra visita de cierre de contrato con los trabajadores del colegio de Balan, el no poder cruzar la frontera hacia Pedernales (República Dominicana) para abastecernos de víveres, gas y poder hacerlo con nuestro coche, no poder participar presencialmente en el Capítulo provincial en Puerto Rico, y uno de nuestros principales objetivos era la posibilidad de movilizarnos para visitar los lugares de nuestra posible misión en Haití, que ha sido imposible realizarlo.
Este cierre también ha generado tensión y muchas menos oportunidades de trabajo para la población haitiana que vive del comercio, como pasa con las mujeres comerciantes que no pueden ni comprar ni vender sus productos, por estar cerradas las fronteras. El deterioro del país es en todos los ámbitos, incluida la mala relación con el país vecino; los casos de los niños desnutridos han aumentado, los desplazados son miles y la cifra de secuestrados incluyendo la vida religiosa es mayor. Y en este contexto, llega liberado un antiguo senador haitiano que estaba encarcelado en Estados Unidos por tráfico de drogas, y comienza a levantar a los jóvenes contra el gobierno de la República, con grandes manifestaciones en todo el país.
Mencionar que, desde el asesinato del presidente de Haití en 2021, se han intentado tener las elecciones para el nuevo jefe de Estado, esto no se ha podido realizar a pesar de haber intentado pedir ayudar a la ONU, a países vecinos y con ello el ofrecimiento de un despliegue de 1000 policías de Kenya. El primer ministro Ariel Henry, debía haber dejado su mandato el 7 de febrero, de este año, que es la fecha que debería iniciar el nuevo gobierno, pero no ha sido así, él ha seguido ocupando este puesto y el pasado 29 de febrero, anunció ante la reunión de la CARICOM (Comunidad del Caribe) que las elecciones a nuevo presidente serían en agosto de 2025. Esta información provocó una ola de violencia no conocida en toda la historia del país.
Hace tres días, las bandas armadas de Puerto Príncipe se han unido, atacaron aviones con pasajeros en el aeropuerto internacional Toussaint Louverture, liberaron a los presos de las dos penitenciarías más grandes de la República; todo ello obligó al primer ministro en funciones (reemplazando a Ariel Henry) a decretar el Estado de Emergencia y el toque de queda en el departamento del Oeste, donde está la capital.
La situación del país se sigue agravando, y las noticias cada vez son más desalentadoras. El presidente Ariel Henry, ayer no pudo aterrizar en República Dominicana, según las noticias está en Puerto Rico, al parecer ya no podrá entrar en Haití. Por otro lado, las bandas armadas ayer liberaron los presos de otra cárcel del país en el sur (Jacmel), atacaron diferentes establecimientos de la capital, bancos, etc., y lo que se sabe es que ahora el país está completamente tomado por las bandas armadas.
Nosotras en Anse-à-Pitres, tenemos el privilegio, por el momento, de estar en un lugar pacífico, donde las personas realizan sus actividades con normalidad, pueden ir a sus lugares de trabajo, las escuelas siguen funcionando, sin temor por la violencia e inseguridad, pero sin embrago, hay mucha preocupación.
Nos sentimos profundamente agradecidas del cuidado de Dios, pero nos duele hondamente la situación de sufrimiento, de angustia, de pánico, de muerte, de no libertad, de desolación, de desamparo que vive nuestra gente; como nos comparte su dolor Pali, el nutricionista del dispensario cuya mujer es policía y está embarazada en Puerto Príncipe; los trabajadores del colegio de Balan que tuvieron que abandonar sus viviendas y todas sus pertenencias por culpa de las pandillas armadas; los testimonios de las hermanas Hijas de la Caridad que están encerradas, que escuchan los tiroteos, no pueden salir, como a la gran mayoría de las personas de Puerto Príncipe que tienen que estar resguardadas en sus casas; todos los establecimientos cerrados y con las calles desiertas.
Seguimos aquí como el resto de la gente con nuestras actividades, atentas a lo que se va desarrollando y en diálogo con las otras congregaciones religiosas. Estamos claras que ante cualquier eventualidad que se llegue a presentar, podemos cruzar la frontera con Dominicana que nos queda a unos cuantos pasos de la casa.
Queridas hermanas, agradecemos su oración y pedirles seguir rezando por este precioso país, que la esperanza no se les empañe la vida, que su fortaleza y su gran amor por Papá Bondye (Papá Dios) no les aplaque su fe y sigan animados creyendo que otro Haití es posible.
La comunidad de Haití: Maria del Valle Adame, Rosa Vásquez,
Sofía Baranda y Maricruz Trigueros
Un mensaje de Barbara Dawson y del Consejo General:
Invitamos a todas las RSCJ y a la familia del Sagrado Corazón de todo el mundo, a rezar como un solo cuerpo por el pueblo haitiano, tan asolado por la violencia que se acelera vertiginosamente y parece no tener fin.
Recemos todos juntos manteniendo un minuto de silencio todos los días a las 12 del mediodía y comencemos una novena el 11 de marzo, encomendando al Sagrado Corazón a nuestros hermanos y hermanas de Haití. Después de esta novena especial, integraremos esta oración en la oración del Primer Viernes por tantos países que sufren.
Oh Señor Jesús, a tu Sagrado Corazón
confiamos el pueblo Haitiano que tanto está sufriendo.
Solo mírales, y entonces haz lo que tu Corazón te indique.
Deja que tu Sagrado Corazón decida.
Confíanos en ti.
¡Nos abandonamos en tu Misericordia, Señor Jesús!
Ella no nos fallará.
Sagrado Corazón de Jesús, en ti confiamos.
24_03_08_noticias_de_la_comunidad_de_haiti_esp.pdf
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