Queridas amigas, queridos amigos y colegas que atienden a nuestras hermanas:
En nombre de todas las hermanas de la Sociedad del Sagrado Corazón, queremos darles las gracias por su generoso servicio durante este tiempo de pandemia de Covid-19. Todos los días, cuando rezamos, lo hacemos por ustedes y sus familias.
Rezamos por todos los que las cuidáis, por las enfermeras y los enfermeros, las doctoras y los doctores, las limpiadoras y los limpiadores, el personal de la cocina y las personas que trabajan en las oficinas, en la administración y aquellas y aquellos que trabajan en el cuidado pastoral, en el jardín y en el mantenimiento de las casas, las conductoras y los conductores, las trabajadoras y los trabajadores de la lavandería así como todas aquellas personas que atienden a las necesidades de nuestras hermanas enfermas.
Sabemos que están dando todo lo mejor para ayudar a nuestras hermanas a que estén bien, se sientan seguras y puedan vivir de la mejor manera posible su vida religiosa en estos momentos tan difíciles.
Santa Magdalena Sofía Barat siempre decía que la generosidad era el indicio de una buena vocación. Les agradecemos que vivan su vocación con nosotras, la generosidad de su tiempo, servicio y amabilidad.
La Pascua nos recuerda que la vida puede vencer a la muerte, que el amor puede superar el miedo y que Dios está con cada uno de nosotros, aunque cuando no podamos verlo o vivamos en momentos de oscuridad.
Sepan que seguimos rezando por ustedes y por aquellos a los que aman. Qué Dios sea fuente de Paz y Alegría en este tiempo de Pascua.
Con cariño y oración,
Barbara Dawson RSCJ
Superiora General
y el Consejo general
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