Reflexión del Viernes Santo : Costado abierto (Concha Camacho rscj)

Fra Angelico [Public Domain]. "This theme of the pierced Heart of Jesus on the Cross is also part of the story of the Congregation since the Special Chapter of 1967 and subsequent chapters. This image had pride of place in the room where the capitulants met in 1967. Uncertainty and painful searching marked that chapter, and perhaps this led to a progressive process of decanting the spirituality of the Sacred Heart, going right to its Biblical origins, related to the life of Jesus and to the way he lived." (Blanca Sivatte rscj)

Como era el día de la Preparación, para que no quedaran los cuerpos en la cruz el sábado — porque aquel sábado era muy solemne — los judíos rogaron a Pilato que les quebraran las piernas y los retiraran. Fueron, pues los soldados y quebraron las piernas del primero y del otro crucificados con él.  Pero al llegar a Jesús, como lo hallaron ya muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con una lanza y al instante salió sangre y agua.
Juan 19, 31-34
 
Un soldado «le abrió el costado…»  Las palabras del evangelio de Juan resuenan una vez más….

«Le abrió el costado….»  Así de escueto y así de claro, como si el soldado aquel hubiera querido asegurarse de que no quedaba dentro ninguna migaja de ternura sin entregar.

«Le abrió el costado….»  Y el costado quedó abierto.  Cuando algo queda abierto, salir y entrar es cosa fácil.  Por la abertura salió sangre y salió agua….

Las últimas gotas de vida….  Y por la abertura entró, días más tarde, la mano, el miedo y la duda de Tomás.

Muchas hemos hecho del «estar abiertos» una etiqueta gloriosa relacionada con el cerebro más que con el corazón:  entender las últimas ideologías, comprender el cambio, conocer las exigencias de la juventud….  Pero tener el «costado abierto» es algo más costoso, porque la entrada es libre y puede resultar incómodo, puede permitir al otro, al distinto, entrar y quedarse, ocupar un lugar, exigir un cambio, mendigar amistad, permitirle entrar con ideas distintas, con cultura distinta, con su debilidad, sus preocupaciones, su sufrimiento…. y si entra, quizá nos obligue a salir para buscar más comensales.

Una lanza «abrió el costado de Dios» y quedó abierto…. no podía quedar cerrado….

Tener un corazón como el Suyo puede significar un corazón con derecho de entrada, para el extranjero, para el débil, para el enfermo, para el perseguido político, para el herido por la guerra, para el pequeño, para el hermano que piensa distinto.

Y un corazón abierto, como el de Dios, deja también salir la sangre y el agua, la ternura, la amistad, el don total….

Concha Camacho rscj
Superiora General
Fiesta del Sagrado Corazón:  junio 1980
 
** Este extracto es de Concepción Camacho Fernández Cañedo (1927-2014):  Duodécima Superiora General de la Sociedad del Sagrado Corazón (1970-1982), pp. 159-160,
escrito por Mari Blanca de Sivatte Algueró rscj.  Utilizado con permiso de la autora.
 

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