VEN: Celebrar la apertura del Año Bicentenario de nuestra Santa Rosa Filipina Duchesne y sus cuatro compañeras de viaje

Caracas, 15 de noviembre de 2017

 
Queridas hermanas, hermanos, familia del Sagrado Corazón.

¡Buena fiesta de Santa Rosa Filipina Duchesne!

Con la alegría de sabernos unidas, unidos, teniendo una fiesta común, y un mismo sueño de mundo mejor que concretamos cada día en cada escuela, colegio, espacio de formación o universidad, les saludamos y compartimos cómo celebraremos esta fiesta en el colegio Santa Magdalena Sofía Barat/Secretariado Comercial Santo Domingo Savio de Caracas, Venezuela.

Desde hace semanas nos estamos preparando para celebrar este próximo 18 de noviembre de 2017 la apertura del Año Bicentenario de nuestra Santa Rosa Filipina Duchesne y sus cuatro compañeras de viaje. Nuestros distintos grados de estudios han estado leyendo, investigando sobre nuestros indígenas, sus casas, sus diferentes etnias, tradiciones y formas de vivir, convivir y relacionarse con las divinidades como una manera de entender las relaciones que Filipina pudo tener con los Potawatomi. Nuestros estudiantes han elaborado casas indígenas con diferentes materiales, mándalas con imágenes de Filipina y de nuestros indígenas y paisajes; hemos estudiado el recorrido de Filipina desde su nacimiento, la llegada a tierras Americanas, su muerte, y el valor de su vida en nuestra historia. Tal vez, les llega a alguno de ustedes cartas que han escrito alguno de ellos. Todo este camino preparatorio lo pondremos al común en el colegio el viernes 17 de noviembre, comenzando con una celebración de la Palabra, y continuaremos con exposiciones, conversar y muestras celebrativas –formativas. ¡Así nos uniremos a la familia del Sagrado Corazón!

Nos comprometemos a cada lunes tener el espacio de oración como gesto de caminar juntas y juntos este año Bicentenario, oración que será expresión de la solidaridad y cuidado a nuestros pueblos, en justicia y paz. 

Pidamos a Rosa Filipina su valentía para ir a donde la justicia y la solidaridad la reclamaban, su fidelidad a las llamadas del Dios del amor y a los más necesitados en la presencia de las y los Potawatomi; pidámosle la fuerza de creer en los sueños, perseguirlos y atravesar fronteras por ellos, aún cuando parece que la edad sería un impedimento. 

Va nuestro cariño y agradecimiento de ser parte de esta familia.

Haciendo presente a cada trabajador administrativo, obrero, estudiantes y profesores,

Jacquelin Jiménez rscj

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