Encuentro de Nuevas Generaciones ~ Región Filipina Duchesne
Fue un tiempo de gracia donde, en un clima de confianza, simplicidad e intimidad se ha continuado tejiendo la vida de la Región. En este tejido, hemos compartido lo sagrado que nos habita, nuestro don de ser mujeres, la preciosa herencia de Sofía, la gracia derramada en nuestras vidas desplegadas en los diferentes lugares de misión donde hemos sido enviadas, y además fue tiempo para llegar a tocar con delicadeza nuestras propias sombras como espacios que también pueden ser esperanza de fecundidad. Esto, con la ayuda de la psicóloga y escritora Rocío Morfín, a quien agradecemos su sabiduría y calidez humana.
Con la certeza de ser mujeres habitadas por Dios, por la Ruah, y convencidas de que esto es un don para la Iglesia y nuestro mundo, terminamos agradecidas y fuimos enviadas con una hermosa oración, donde nos bendecimos unas a otras, regalándonos una medalla de Filipina, traída directamente desde su santuario en Saint Charles, por Kathy McGrath (USC).
No es fácil captar la hondura de lo que hemos vivido, pero a través de tres expresiones logramos compartir un poco de esta riqueza:
1. Queremos sintetizar la belleza de tanta vida compartida con esta preciosa parábola escrita por Gloria Guerrero (CHI), con su propia mística desde su cercanía al mundo minero, herencia de su padre.
Un día las mujeres se descubrieron pirquineras1, hicieron sus campamentos en medio de las montañas, en aquellos cerros, se narraron sus historias. Se confesaron: “a veces tuve miedo, pero me dejé guiar por la luz interior, esa suave luz que habita en mí y en nosotras”. Se sentían entrañablemente hechiceras y se dijeron: “ahora es tiempo de… compartir el misterio que se esconde en las entrañas de la tierra, en ese vientre entrañable que es la vida”.
Cada una fue contando como descendía por esas improvisadas escaleras, frágiles y rocosas. Su equipaje como un tercer ojo, la lámpara, se adhería a su ser y en la mano, la picota2 para picar la roca.
Compartieron el nombre de sus minas, como una identidad que les daba un sello inquebrantable. Se dijeron: “no es fácil permanecer allí en las entrañas, que hay momentos de soledad en que las sombras se hacen fantasmales, pero que es necesario habitarlas y en el silencio de la noche escuchar el susurro de la abuela ancestral guiándolas”.
Señalaron sus caminos recorridos, cada uno único, abrieron sus corazones llenos de nombres, se sintieron pirquineras en camino. ¿Cuál es tu veta? Se preguntaron, ¿el oro, el cobre, la plata, el carbón…? ¡Qué más da! Nuestro tesoro es una identidad, un cuerpo que se articula, una historia tejida de fragilidades compartidas, de sueños de artesanas de esperanza. Estas pirquineras en las noches estrelladas se descubrieron región.
1 Pirquinero: minero que realiza las labores de extracción mineral en forma artesanal.
2 Picota: herramienta para picar la roca.
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