Samar y Leyte dos meses después del tifón Yolanda

Talking to a seaweeds’ farmer

Muchas gracias por vuestra generosidad y solidaridad con las víctimas del tifón Yolanda.

Del 5 al 10 de enero del 2014, dos meses después del tifón Yolanda, visité el norte de la isla de Samar y la isla de Leyte. En Leyte fui a Ormoc pasando por Tacloban, una de las áreas más gravemente afectadas. El propósito de la visita fue evaluar la situación actual de las zonas más castigadas por los tifones, ver cómo se han utilizado las donaciones para las víctimas y tener una reunión para planificar la reconstrucción.

El norte de Samar se salvó del impacto directo del tifón y no fue muy dañado, contrariamente a Samar y a algunas partes de Leyte, donde aterrizó el tifón. Poco a poco la vida cotidiana se ha ido restaurando aunque aún se necesitará mucho tiempo y dinero para que la vida de la gente vuelva a la normalidad. Durante mi visita constaté que los invernaderos de la Granja de Sofía, que se encuentra dentro del Instituto del Sagrado Corazón para la Educación transformadora (SHIFT), ya habían  comenzado a ser reparados. Estos habían sido dañados, a raíz del tifón, echándose a perder una gran parte de las lechugas y verduras ahí cultivadas.

Durante mi estancia en el norte de Samar también visité una ONG llamada SPPI, con la cual el Distrito de Filipinas de la Sociedad del Sagrado Corazón compartió la donación para las víctimas del tifón. La SPPI ayuda a las familias de bajos recursos del norte de Samar, ofreciéndoles proyectos de subsistencia como el cultivo de las algas y la agricultura orgánica. La SPPI dona las plántulas para el cultivo de las algas y capacita a los pequeños agricultores, que logran así entrar en un circuito económico más amplio. La SPPI los ayuda a exportar las algas, que son vendidas como ingredientes para el dentífrico, el helado y las cápsulas para medicamentos, etc. El tifón hizo que los agricultores de la isla San Antonio, una pequeña isla en el norte de Samar, perdieran las algas que habían cultivado por lo que le pidieron a  SPPI nuevas plántulas, que esta compró en Mindanao en diciembre del año pasado. Este proyecto me parece muy bueno ya que ha creado medios de subsistencia a agricultores de bajos recursos y sin una formación específica, teniendo en consideración al medio ambiente. Con un pequeño capital los agricultores de algas han entrado a formar parte de un sistema económico más grande, obteniendo así un ingreso extra. Ayudar a las víctimas del tifón  que perdieron sus casas y medios de subsistencia en el este de Samar y Leyte, viéndose obligados a emigrar al norte de Samar, sigue siendo un gran desafío. Para que puedan retornar y recomenzar sus vidas, es importante apoyarlos dándoles viviendas y medios de subsistencia.

Para ayudar a las víctimas, especialmente a los niños que han sido traumatizados por el tifón, el SHIFT impartió el primer taller de formación y asesoramiento del 13 al 15 de enero del 2014, en la Granja de Sofía. Más de 100 habitantes de Samar y Leyte, quienes fueron recomendados por la iglesia y las instituciones educativas de las zonas afectadas por los tifones, frecuentaron los talleres. Próximamente la SHIFT impartirá un segundo taller al que podrán participar solamente los pobladores provenientes del norte de Samar. El seminario contribuirá al proceso de curación de las víctimas de este tifón y las preparará para que a su vez ayuden a otras víctimas de eventuales desastres naturales previstos en un futuro cercano.

Después de 3 días de permanencia en el norte de Samar, viajé a Ormoc, en la isla de Leyte. El viaje, en una furgoneta pública, duró once horas y media. Durante el viaje desde la ventana de la furgoneta y al caminar en las ciudades gravemente devastadas por el tifón como Tacloban y Palo, comprendí la terrible devastación causada por Yolanda. Pasando por un pequeño colegio católico en Catbalogan en el suroeste de Samar conversé con la directora que me compartió lo que vio durante sus visitas al este de Samar y las terribles escenas de destrucción total de algunos colegios privados. Fue desgarrador escucharla contar que los administradores de estos pequeños colegios privados situados en estas regiones muy pobres, no sabían por dónde recomenzar la construcción, ni a quien pedir ayuda. En efecto, las escuelas públicas pueden recibir fondos del gobierno y/o de las organizaciones internacionales, pero para los colegios privados que también atienden a los niños pobres de esas áreas, es muy difícil obtenerla. Así que hablé con la hermana Digna Dacanay rscj quien es directora de una pequeña escuela católica en el norte de Samar y presidente de la Asociación de Colegios privados del Este de Visayas, para ver cómo ayudarlos.

A lo largo de los 100 kilómetros que recorrí en la furgoneta,  pude ver cocoteros sin hojas, así como casas, iglesias y escuelas sin techo. Contrariamente a lo que pensaba, las actividades de auxilio no concluyeron dos meses después del tifón, como lo comprobé viendo a la gente con bienes de primera necesidad saliendo de las grandes carpas de las agencias del gobierno filipino o de organizaciones internacionales como UNICEF y Oxfam. En la ciudad de Tacloban seguían amontonados los desechos y la basura, arrastrados por el tifón. Muchas de las tiendas aún estaban cerradas. Vi luces en algunas de ellas y pensé que la electricidad había sido restaurada, pero el ruido de los generadores eléctricos que se escuchaba al entrar a la ciudad lo desmentía. Fuertes vientos nos acompañaron en nuestro viaje de dos horas y media en furgoneta de Tacloban a Ormoc. Desde el 6 de enero las escuelas públicas volvieron a funcionar 3 días a la semana pero todas las escuelas que vi a lo largo del camino hacia Ormoc no tenían techo y en sus patios se veían muchas tiendas blancas grandes de la UNICEF.

La primera vez que visité la Fundación Filipina Duchesne para Trabajadores (SPDOWFI) en Ormoc, una semana después del tifón, el Centro no tenía techo, pero esta vez una parte del techo estaba cubierta con un toldo de plástico y otra con chapa ondulada. El Centro Educacional para niños del Sagrado Corazón (SHCEC) seguía sin techo pero al menos las armaduras estaban cubiertas con plástico y los desechos del tifón: el material, el equipamiento escolar y los muebles arruinados, habían sido despejados de las clases. El piso ya estaba casi seco. El patio de la escuela seguía sin techo y los juegos todavía estaban rotos. Los carpinteros estaban instalando el techo de la casa del personal que también se dañó mucho. El jardín de SPDOWFI se ha limpiado y se han despejado los grandes árboles que habían sido derribados. Las casas de 8 familias que viven en la comunidad de SPDOWFI necesitarán ayuda financiera para ser reconstruidas. Algunas familias de la SHCEC perdieron sus trabajos y sus casas fueron destruidas, por lo que tuvieron que desplazarse.  Por lo tanto eran pocos los niños que frecuentaban el colegio SHCEC aunque las clases habían vuelto a empezar. Habrá que esperar algunos meses más para el retorno a la normalidad. En este momento no es tan fácil conseguir materiales de buena calidad para las reparaciones y los carpinteros son muy codiciados. Por estas razones no es fácil para nosotras terminar rápidamente la reparación de los edificios. Por lo menos, pude organizar en SPIDOWFI una reunión del Consejo, durante la cual aprobamos con el ingeniero, que generosamente nos ayudará, la planificación de las obras de reparación.

Hemos estado utilizando y utilizaremos las donaciones confiadas al Distrito de Filipinas por la Sociedad del Sagrado Corazón para las víctimas del tifón Yolanda, de la siguiente manera:

  • Actividades de ayuda alimentaria
  • Reparación del edificio del SHIFT y de la Granja de Sofía en el norte de Samar. Reparación de los edificios del SPDOWFI y compra de equipos y materiales educativos para los niños pobres y los jóvenes
  • La reparación de las casas de los parientes de las RSCJs y de las casas de personas de bajos recursos para quienes trabajamos las RSCJs en nuestros apostolados
  • Talleres de orientación psicóloga para adultos y niños traumatizados
  • Ayuda financiera para proyectos  de subsistencia
  • Ayuda para reparaciones en los pequeños colegios privados en Samar y Leyte.

Antes de valerse por sí mismas, la gente seguirá necesitando ayuda.

Poco a poco la reconstrucción está avanzando. Sin embargo, en Samar y Leyte la temporada de fuertes lluvias tropicales continúa de enero a marzo lo que sigue dificultando la vida de las víctimas. Observando los árboles sin hojas a lo largo de la carretera, durante mis largas horas de viaje de Samar a Leyte, sentí el fuerte poder destructivo de la naturaleza y al mismo tiempo, su poderosa fuerza, que da vida nueva. A raíz del tifón hemos recibido tantas oraciones y apoyo de todo el mundo. Creo que las Filipinas todavía tiene un camino largo hacia la recuperación y seguimos necesitando mucho apoyo de la gente de buen corazón. Gracias de nuevo por sus oraciones y su expresión de solidaridad con los que sufren en las Filipinas.

Yuka Arita rscj
 


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