«Este programa es especial para adultos jóvenes de entre 18 y 30 años que han demostrado un compromiso con el cambio social en sus comunidades,» dijo Imma De Stefanis rscj, directora ejecutiva del Centro Stuart. «El grupo tiene el propósito de ser internacional para que puedan conectarse con otros adultos jóvenes que comparten sus preocupaciones y valores, ver cómo se comparten algunas de las inquietudes de sus comunidades y ampliar su sentido del mundo y su lugar en él».
«He realizado muchos programas. Cada grupo es diferente y este grupo fue realmente especial” dijo Beth Norcross, fundadora y directora ejecutiva del Centro de Espiritualidad en la Naturaleza, quien facilitó la semana, dirigiendo cada día las discusiones, ejercicios espirituales y la experiencia de campo, que se enfocaba a diferentes aspectos de nuestra tierra y nuestra relación con ella. Dijo, «Me impresionó su equilibrio, profundidad y capacidad de abrirse a una amplia gama de experiencias espirituales.».
«Fue estresante porque teníamos mucha agua; somos una isla rodeada de agua, pero toda nuestra agua estaba contaminada», dijo Omar Rivera-Echevarría de Arecibo, estudiante de quinto año de la Universidad del Sagrado Corazón Puerto Rico. Agregó, «Después del huracán, no había carreteras accesibles para comprar agua. Podrías ir a la tienda, pero ninguna estaba abierta. Si no almacenaste agua antes, básicamente estabas muerto. Entonces los vecinos compartieron el agua … y el huracán nos recordó que tenemos un vecino.»
«Algunos de estos jóvenes provenían de ambientes difíciles y, sin embargo, de la alegría que tenían el uno por el otro y, a pesar de que habían sufrido abusos de la naturaleza y el medio ambiente, todavía estaban abiertos a la posibilidad de la presencia de Dios. Simplemente me sobrepasó,» dijo Norcross.
Al final de la semana, los participantes de Ciudadano Global tuvieron la oportunidad de escuchar a Eva Marie Carney, una Ciudadana Potawatomi, quien compartió la historia de la creación de los Potawatomi y su conexión con la creación.
«Esta semana vi la oportunidad y la obligación de hacer algo para crear conciencia sobre la igualdad del agua y recordar a los demás que solo porque tienes abundancia, no debes desperdiciarla o darla como un hecho,» dijo Yannina Samilpa, una estudiante del Colegio del Sagrado Corazón en San Luis Potosí, México.
Rivera-Echevarría agregó: «A través de este Programa “Ciudadano Global”, aprendí a apreciar más la tierra, entenderla mejor, y como decimos en español, ‘sentido de partenencia,‘ lo que significa que uno pertenece a algo, algo le pertenece a uno y a todos ‘ vamos a protegerlo… Somos naturaleza, y pertenecemos a la naturaleza”.
Al concluir el programa de este año, los Ciudadanos Globales, todos las instituciones auspiciados por el Sagrado Corazón, se unieron a las RSCJ, Asociados, exalumnos del Sagrado Corazón, educadores, amigos y familiares en el Centro Stuart para celebrar la Fiesta del Sagrado Corazón.
Este año marca el quinto año y el primer año consecutivo para el Programa Ciudadano Global. El programa normalmente se ejecuta cada dos años. Es el sucesor del programa del Servicio Internacional del Sagrado Corazón, que duró unos 10 años y, durante ese tiempo, prestó servicios a 180 jóvenes adultos de 13 países diferentes, dijo la hermana De Stefanis.
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JPIC |Un Enfoque de Relaciones Transformadoras: Cuidado de la Tierra, la Casa Común