Janet Erskine Stuart, religiosa del Sagrado Corazón de Jesús, solía decir: «La manera de hacer mucho en poco tiempo es amar mucho. La gente hará grandes cosas si se la estimula con entusiasmo y amor.” La Madre Tierra, nuestra casa común, ya no puede esperar a que nos quitemos los zapatos y reconozcamos que vivimos en tierra sagrada. ¿Podemos atrevernos a seguir la metodología del amor esta Navidad, quitándonos los zapatos de la codicia, la ignorancia, el individualismo, el consumismo y la apatía? En la red de la vida, todos dependemos unos de otros… compartir, sacrificarse y tender la mano a los necesitados, un deber vinculado a la sociedad.
Tal vez en algún lugar, de alguna manera, simplemente hemos perdido el rumbo. Y, sin embargo, sabemos que todos tenemos la capacidad de cambiar de dirección y encontrar el camino correcto. Nuestro conocimiento e inspiración como comunidad de la Tierra es fenomenal. La Navidad es una llamada, una invitación y un reto a la conversión interior, a la transformación comunitaria y a la revitalización externa, a dejar ir, a dejar emerger, a la creación y a la re-creación. Conociendo nuestra responsabilidad como co-creadores con Dios, sabemos que tenemos que trabajar desde dentro de los recientes horrores de la guerra, el caos climático y la destrucción, para dar a luz una nueva creación. Un amor inclusivo que esté dispuesto a sufrir y a rendirse es la única respuesta. Todos sabemos que éste es el verdadero significado del Misterio Pascual y de la Navidad.
La crisis es una oportunidad; utilizando nuestra sabiduría comunitaria para cultivar la escucha profunda, podemos restaurar nuestro planeta roto y herido. Esto requerirá un estilo de vida más sencillo, granjas solares y energía verde, detener/reducir el uso de combustibles fósiles, reducir el desperdicio de alimentos y utilizar la geoingeniería. Requerirá pensar con creatividad, ser innovadores y más flexibles estas Navidades; ¿podemos comprar menos y conformarnos con lo que tenemos? Reduciendo el consumo de carne de vacuno, queso y leche, ¿podemos ayudar aunque sea de forma muy pequeña? Requerirá técnicas regenerativas para preservar el suelo, más conexión con nuestra ropa por su valor y duración, pero éstas a su vez nos mostrarán la dirección correcta, nos darán un propósito y nos llevarán por el buen camino. Requerirá que pongamos fin a nuestras compras insaciables, que acabemos con nuestra cultura de usar y tirar y, sobre todo, que dejemos de sembrar semillas de conflicto.
¿Podemos empezar a tejer juntos el mosaico de entidades vivas conectándonos unos con otros esta Navidad? Feliz Navidad Generativa 2023 – que este año podamos plantar semillas de entendimiento y construir comunidades humanas compasivas de esperanza viva.
Mudita Menona Sodder rscj
Sophia College Campus, Mumbai
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