Mensaje del Papa Francisco en el Memorial de la Paz en Hiroshima

  • Genbaku Dome - Hiroshima Peace Memorial (foto de Joy Luz rscj)
  • "El Domo Genbaku es las ruinas del antiguo edificio de Promoción Industrial de la Prefectura de Hiroshima, que fue destruido por la primera bomba atómica que se utilizó en la historia de la humanidad el 6 de agosto de 1945". Memorial de la Paz de Hiroshima (foto de Joy Luz rscj)
  • Hiroshima Peace Memorial Park (Joy Luz rscj)

El papa Francisco ha hablado fuertemente contra las armas nucleares. Los ejemplos incluyen sus mensajes en Viena (2014), Roma (2017) y en las Naciones Unidas (2017).

Durante sus visitas en estos últimos días a Hiroshima y Nagasaki en Japón, ha renovado su llamada a "un mundo en paz, libre de armas nucleares" (mensaje en Nagasaki).

Destacamos algunas líneas de su mensaje el 24 de noviembre en el Memorial de la Paz en Hiroshima:

"He sentido el deber de venir a este lugar como peregrino de paz, para permanecer en oración, recordando a las víctimas inocentes de tanta violencia y llevando también en el corazón las súplicas y anhelos de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, especialmente de los jóvenes, que desean la paz, trabajan por la paz, se sacrifican por la paz. He venido a este lugar lleno de memoria y de futuro trayendo el grito de los pobres, que son siempre las víctimas más indefensas del odio y de los conflictos....

Con convicción, deseo reiterar que el uso de la energía atómica con fines de guerra es hoy más que nunca un crimen, no sólo contra el hombre y su dignidad sino contra toda posibilidad de futuro en nuestra casa común....

Recordar, caminar juntos, proteger. Estos son tres imperativos morales que, precisamente aquí en Hiroshima, adquieren un significado aún más fuerte y universal, y tienen la capacidad de abrir un camino de paz. Por lo tanto, no podemos permitir que las actuales y nuevas generaciones pierdan la memoria de lo acontecido, esa memoria que es garante y estímulo para construir un futuro más justo y más fraterno; un recuerdo expansivo capaz de despertar las conciencias de todos los hombres y mujeres, especialmente de aquellos que hoy desempeñan un papel especial en el destino de las naciones; una memoria viva que nos ayude a decir de generación en generación: ¡nunca más!​"

 
 
 
Hacemos nuestra la oración del Papa Francisco y desde el corazón elevemos conjuntamente un grito:

"¡Nunca más la guerra, nunca más el rugido de las armas, nunca más tanto sufrimiento! Que venga la paz en nuestros días, en este mundo nuestro. Dios, tú nos lo has prometido: «La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan; la fidelidad brota de la tierra, y la justicia mira desde el cielo» (Sal 84,11-12).

Ven, Señor, que es tarde y donde sobreabundó la destrucción que hoy también pueda hoy sobreabundar la esperanza de que es posible escribir y realizar una historia diferente. ¡Ven, Señor, Príncipe de la paz, haznos instrumentos y ecos de tu paz!"

 
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