"Mujeres de Comunión"

El jueves, 1 de febrero 2024,
siete RSCJ, que están en Roma para la probación
(un período de preparación intensiva para el compromiso definitivo),
recibieron su nombre y divisa.

Desde tiempos de Sofía es tradición en la Sociedad del Sagrado Corazón que se nos dé un nombre y una divisa, elegidas para nosotras como comunidad de la probación, que nos identifique como grupo y nos sirva como llamada y referencia al comenzar nuestro camino como RSCJ de votos perpetuos.

Hoy, la Superiora General Barbara Dawson RSCJ dio a este grupo de probación su nombre y divisa:

Su nombre y divisa las hemos recibido de ustedes mismas,
como expresión de su experiencia más profunda.

Su nombre es:

MUJERES DE COMUNIÓN

y la divisa que acompaña este nombre:

VIDA ENTREGADA HUMILDEMENTE AL SERVICIO DEL MUNDO
AL ESTILO RADICAL DE JESÚS

Asimismo, compartió algunos puntos que hablan no sólo a este grupo de probación, sino a todas nosotras que estamos invitadas a trabajar juntas para cruzar las fronteras, tendiéndonos la mano y atendiéndonos unas a otras, inspiradas por nuestra diversidad y la gracia de nuestra vocación.

Trabajaron juntas para cruzar las fronteras y los límites de la diversidad lingüística y cultural.  Como mujeres de tres continentes, sin un idioma común, se tendieron la mano, apoyándose con ternura unas a otras, asegurando que cada persona encontrara su lugar en la comunidad.  Cada una de ustedes expresó, de un modo u otro, su fuerte deseo de vivir en comunidad, sabiendo, por experiencia propia, que vivir "hombro con hombro" no siempre es fácil.  Este tiempo de probación es, como compartió una de ustedes, una "clase magistral" en la que descubrieron cómo amar más allá de los límites, aceptando su vulnerabilidad y mostrando su resiliencia.  Esto es vivir la interculturalidad, descubrir la presencia de Dios en cada persona y aprender a aceptar y crecer gracias a esta experiencia de ser diversas, y a la vez unidas.

Compartieron de diferentes maneras su deseo y su apertura a ser enviadas, su llamada a comunicar el amor de Dios con sencillez y esperanza, a amar y a servir.  Nos pareció que su experiencia de Jesús durante el gran retiro y después, reforzó su conciencia de lo que significa "descubrir y manifestar el amor de Jesucristo".

Sean mujeres que se atreven a escribir un nuevo capítulo en la historia de las relaciones humanas, proclamando al mundo que esta realidad es posible gracias a su compromiso apasionado.  Esto requiere esfuerzo y sacrificio renovado para vivir plenamente lo que nos recuerda el capítulo 1994: "Nuestra experiencia de internacionalidad nos convoca a vivir la Eucaristía como una llamada a superar nuestras dificultades, asumir nuestras diferencias y celebrar una fiesta en la que el Espíritu abre nuestros ojos para reconocer su acción en las diferentes culturas”.

Oramos por este grupo de probación y las agradecemos por compartir con nosotras las gracias que han recibido.

Puede ver la galería de fotos de la conferencia a la derecha.